Pese a pruebas contundentes, fiscal que recibió coima quedó impune

La cámara oculta realizada al ahora suspendido fiscal de Encarnación Christian Garelik Um reveló contundentes conversaciones de este y su asistente fiscal, que ya no podrán ser analizadas en un juicio porque la causa se extinguió. La Corte Suprema de Justicia ordenó ayer una auditoría.

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Fue el juez Máximo Martín Ortega quien decretó la extinción de la causa y otorgó el sobreseimiento definitivo de Garelik, tras maniobras realizadas a su favor. Posteriormente, el Ministerio Público, representado por los fiscales Martín Cabrera y María del Carmen Palazón, de forma cómplice no apeló el fallo de Ortega y quedó firme la resolución, pese a las pruebas presentadas. Dichos fiscales eran sustitutos del fiscal original de la causa, Luis Piñánez.

Los audios y vídeos del procedimiento encubierto realizado el 28 de julio de 2014 a los que tuvimos acceso detallan cómo la asistente fiscal Ruth Mariela Arce no quería quedar pegada “sola” al proceso.

Esta accedió a hablar por teléfono primero, filmar con una cámara oculta y finalmente entregar la coima al fiscal Garelik, aprehendido posteriormente.

El agente, tentado porque Arce le confirmó que tenía el dinero, la citó en el propio Palacio de Justicia de Encarnación y, en medio de una audiencia, salió al pasillo y le dio un bolso de mano para que, en el sanitario, la asistente fiscal deposite la mitad de la coima, unos G. 2.500.000.

Todo fue filmado por el fiscal Luis Piñánez y su equipo, con orden judicial.

En uno de los vídeos, se ve como Arce pone en altavoz a Garelik. En esa primera comunicación, el fiscal se mostró cortante y le dijo que le dé todo “mañana nomás”.

En una segunda llamada telefónica, la asistente le dijo que no quería tener “tanta plata” (G. 5.000.000) y alegó que su mamá estaba enferma y debía retirarse.

De esta forma, logró que el fiscal Christian Garelik la cite en el Palacio de Justicia de Encarnación.

La asistente fiscal con una camarita incorporada a unos anteojos filmó desde su ingreso a la sede y una vez que se encontró con su jefe, este le reclamó: “No me vayas a hablar por teléfono”, “¿Cómo pio me vas a decir por teléfono lo que me dijiste”, “tranquilizate na”, “tomá (le pasó un bolso de mano), andate al baño y meté acá (la coima)”.

Por último, se escucha cuando el fiscal dice “la mitad”, haciendo alusión a que se repartía entre dos el dinero.

Tras poner el dinero en el bolso de mano en el sanitario, la asistente volvió y se lo retornó al agente fiscal, este finalmente le preguntó por la salud de su mamá y se despidió muy sonriente.

Luego Garelik fue aprehendido con el dinero, en flagrancia, fuera del Palacio de Justicia. Estas pruebas contundentes nunca podrán ser expuestas en un juicio oral porque la causa quedó impune.

El presidente de la Corte, Luis María Benítez Riera, dispuso ayer la auditoría de la causa que se “cocinó” hace siete meses. Sin embargo, el fiscal general Javier Díaz Verón no ordenó revisar la actuación de sus agentes.

La maniobra procesal

El fiscal Christian Garelik quedó impune porque la fiscala María del Carmen Palazón rectificó la acusación de sus colegas Luis Piñánez y Raquel Bordón, y logró sobreseimiento provisional. Esto fue apelado por la defensa, que insistía en un sobreseimiento definitivo. El caso estuvo un año en Cámara de Apelaciones y cuando se confirmó el provisional, Garelik planteó la extinción alegando que la Fiscalía no reabrió la causa. El juez Máximo Ortega “archivó” la causa sin descontar el tiempo de la apelación.

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