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La alerta surgió cerca de las 09:00 de ayer, cuando una suboficial de la Policía llamó al sistema 911 y denunció que acababa de presenciar el secuestro de un joven, quien fue dominado a la fuerza, cubierto con una capucha y alzado a un automóvil.
La testigo detalló que el hecho ocurrió en la esquina de las calles General Díaz y 14 de Mayo de Asunción, a un lado de la iglesia La Encarnación. Incluso describió el rodado sospechoso como de la marca Mercedes Benz de color negro, con chapa BDT 768.
Una patrullera de la comisaría 3ª Metropolitana arribó de inmediato al lugar, mientras la alerta generalizada del presunto secuestro se emitía a través de la radio de frecuencia policial.
El primer dato obtenido por los investigadores, a los que ya se habían sumado agentes del Departamento Antisecuestro, fue la identidad del dueño del coche Mercedes Benz, pues está registrado a nombre de Camilo José Mieres Mauger, de 28 años.
Con esto, la Policía movilizó a casi toda su fuerza operativa disponible en ese momento, pero cuidando que el caso no se filtrara hasta que por lo menos hubiera existido, de manera oficial, algún tipo de pedido de dinero para liberar al joven.
Sospechoso silencio
Ya en horas de la tarde, la Policía pudo corroborar que lo que inicialmente trataron como un secuestro, fue en realidad parte de un ritual de iniciación de la masonería.
Llamativamente, los policías que seguían el caso, incluyendo a los de la comisaría 3ª Metropolitana, por ejemplo, intentaron esconder el hecho y evitaron dar datos precisos sobre el caso, aportaron más bien, elementos muy confusos.
Al parecer se trató del “bautismo” de un joven militante de uno de los templos masónicos, específicamente de uno situado sobre la calle 25 de Mayo de la capital.
Algunos de los pocos policías que se animaron a hablar sobre el hecho dijeron que, según la explicación que recibieron, el abordaje forzoso al aprendiz de masón fue un acto de iniciación conocido como “el rito de Memphis” y “Mizraím”, de la logia del Rito Nacional Paraguayo.
Los masones responsables de ocasionar tal revuelo, habrían acordado con los policías no difundir la información a cambio de favores.