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Los alumnos de Baldomero podían conceptualizar, interpretar, operar y resolver problemas sobre números naturales logrando un 91,67% de respuestas correctas, mientras que el promedio de respuestas correctas a nivel nacional era en ese entonces de apenas el 56,04%.
Y hay cifras más sorprendentes. En los problemas sobre proporcionalidad y gráficos estadísticos, los mismos alumnos tuvieron un 100% de respuestas correctas, mientras que el promedio nacional para estos mismos componentes era de 42,30% y 64%, respectivamente.
En la escuela de un aula, Baldomero González era el único profesor para seis grados, sin siquiera haber culminado el cuarto curso del bachillerato; sin embargo, gracias a su dedicación y técnica sus alumnos eran los más sobresalientes del país.
“El juego es parte importante de las actividades de esta escuela”, decía en ese entonces el profesor, que cumplía 16 años de docencia, y soñaba con terminar la secundaria. Tras los óptimos resultados de los alumnos del profesor Baldomero González, el Ministerio de Educación le recategorizó uno de sus dos rubros.
La falta de dinero impedía al profesor profesionalizarse. Como padre de ocho hijos y residente lejano del centro urbano, por la falta de dinero no podía pagar los exámenes para concluir el bachillerato.