Cantina pone en peligro la vida de los asegurados

La cantina que funciona en el subsuelo 1 del Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS) es una bomba de tiempo, pues no cuenta con las más mínimas medidas de seguridad. Muchos usuarios exteriorizaron su preocupación al respecto.

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“No tenemos otra alternativa, venimos aquí porque no existe otro restaurante o comedor para los asegurados, quienes permanecemos horas y hasta días en el hospital”, manifestó uno de los asiduos al local comercial.

Según las denuncias, los clientes no cuentan con baño, y no existe un solo extinguidor y mucho menos salidas de emergencia.

Aparentemente, el salón, dividido por dentro en dos ambientes y con una cocina al fondo, cuenta con dos ventanales que no podrían permitir la evacuación de personas, en caso de siniestros (incendio, explosión de alguna garrafa, etc.), porque está bloqueada con enormes terminales de mantenimiento (estantes metálicos que contienen llaves de las conexiones eléctricas), además de estar a unos pocos metros del nuevo bloque donde funciona Emergencias. En el piso de arriba funciona el área de Farmacia de la previsional.

“Si llega a ocurrir una desgracia –que Dios no lo permita–, las consecuencias serían terribles”, expresó una persona que también acostumbraba ir a almorzar en el lugar.

Los comensales, incluidos algunos funcionarios administrativos del IPS, ingresan a la cantina por una angosta puerta que denota que esa sección fue, alguna vez, una más de las salas del hospital destinadas a pacientes, pues es mitad metal y mitad vidrio.

Consultada la Dra. Aida Notario, directora del Hospital Central, comentó que, efectivamente, la empresa se instaló mediante una licitación pública, hace al menos 10 años, pero que no abona el canon correspondiente por el usufructo del espacio.

Interesados en hablar con alguna persona encargada del negocio, llegamos hasta el lugar, donde una mujer no identificada pero visiblemente nerviosa nos dijo que no podíamos hacer tomas fotográficas, porque esa era propiedad privada. Le explicamos que tal vez el negocio era particular, pero que el edificio pertenece al IPS, y que las autoridades correspondientes ya habían autorizado nuestro ingreso al sitio.

Le consultamos con quién podíamos dialogar acerca de la situación general de la cantina, y ella respondió que con su abogado, un tal “Aldo”, a quien llamamos en reiteradas ocasiones, pero no recibimos ninguna respuesta.

Antecedentes del caso

La cantina que funciona en el Hospital Central del IPS es explotada por Graciela Pavón, quien sería dueña de la firma “Stella Marys Servicio de Lunch”. Desde el 2001 esta empresa dejó de abonar al IPS el monto en concepto de alquiler del local y lo que corresponde al aporte obrero-patronal, por más de una veintena de sus trabajadores. Según documentos del ente previsional, la deuda asciende a casi G. 7.000 millones.
 
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