Cuadro de Da Re y alfombra del Sha

El Palacio de López es un monumento nacional y la ciudadanía lo consagró como el número uno entre los siete tesoros arquitectónicas de Asunción.

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Es un edificio que ha sido escenario de toda la vida republicana del Paraguay, con sus luces y sombras, desde su inauguración como sede de gobierno en 1892. Todos sus elementos forman parte de la historia y deben ser preservados como tal.

“La historia es la historia, y no se puede cambiar, pese a cualquier discusión ideológica que pueda surgir”. Así lo sostiene el Arq. Carlos Cataldi para justificar que todo el mobiliario, los cuadros, los artículos decorativos, las alfombras, arañas, etc. se deben mantener y no se pueden tocar.

En este punto, mencionó el cuadro de Guillermo Da Re que sigue cubierto con una bandera en el Salón Independencia del Palacio y que corría riesgo de ser removido.

Aclaró que el cuadro lo donó la señora Valentina Nogués al Palacio de Gobierno y es copia del original que se encuentra en el Museo de Bellas Artes. “Da Re pintó dos veces su mismo cuadro, y aunque haya sido así la gente debe ir entendiendo que, más allá de todo nuestro patrimonio, nuestros muebles, inmuebles, etc. son nuestra memoria. Es la memoria del país”, se explaya.

Dijo que nadie discute la cualidad de obra de arte que tenga el cuadro, aunque sí lo que representa si se lo tomara como una fotografía.

¿Por todo ello, ahora hay que sacarlo?, fue la pregunta hecha al arquitecto Cataldi. El profesional respondió tajantemente: “Jamás, nunca!”.

Fundamentó que el cuadro es “parte de la historia” y que el presidente Federico Franco habrá opinado lo contrario hablando políticamente. “Es un discurso político. Nosotros somos técnicos y la gente tiene que opinar. El cuadro fue un gran disparador para que la gente empiece a hablar del Palacio”, afirmó.

Regalo del Sha de Irán

Otro de los objetos que llaman la atención en el Palacio, y que en el mismo entorno presidencial y de la restauración algunas personas señalaron que los “recordaba a Stroessner”, es la famosa alfombra persa del despacho del exdictador.

El enorme tapiz estaba enrollado, poco menos que tirado en algún rincón, y fue rescatado por los responsables de la obra. Ahora la alfombra está colocada en el Salón de las Américas, que pasó a llamarse “Salón de los Padres de la Patria”, dado que posee los retratos de los próceres pintados por Pablo Alborno para el centenario de la independencia, en 1911.

“Esta alfombra la rescatamos y la mandamos limpiar. El restaurador dijo que le sacó ¡cuatro baldes de arena! Pero es parte de la historia y fue regalada por el Sha de Irán, (Mohammad Reza Pahlevi) a Alfredo Stroessner en tiempos en que Luis Alberto del Paraná le cantaba a Soraya (esposa del emperador iraní)”.

Ahora luce renovada sobre el piso de roble de eslavonia en uno de los salones más importantes del edificio.

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