“Yo quiero ser como mi papá/ haré un bigote con la crema de rasurar/ su corbata y sus zapatos me pondré sí, sí/ y me iré como él a trabajar/ Qué lindo sería parecerme a mi papá” (Canción infantil, Topo Gigio). A los 5 años los niños ven a su papá como un gigante invencible que protege a la familia de todo mal. “Cuanto más baja es la edad, mayor la idealización a la figura paterna, sea niño o niña. A esa edad equiparamos al papá a héroe de cuentos, de dibujitos animados o de películas de ficción. Esto se da generalmente hasta entrada la pubertad, en la adolescencia cambia un poco la dinámica por el proceso de formación de una identidad propia que a veces trae rebeldía aparejada, discusiones frecuentes, y una gran brecha si estamos ante un padre autoritario y un adolescente rebelde”, explica la Lic. Vergara.
–Las características físicas varoniles, ¿ayudan a que el niño lo vea más grande e importante?
–La figura masculina representa ancestralmente la fuerza física, y por ende el que se encuentra más preparado para afrontar amenazas externas. También el rol proveedor hace que se convierta en alguien a quien admirar y de quien esperar protección: “Nada puede estar mal, mi papá lo va a resolver”. Ahora bien, con los cambios de roles en la sociedad actual, donde las madres también son proveedoras o cubren el rol paterno de autoridad, esto puede darse de otras maneras.
–Cuando el hijo no ha sido amado o acompañado, ¿siente al padre como su protector?
–Un padre ausente puede ser muy idealizado si la relación con la madre es conflictiva. También se da el caso de padres muy rígidos y autoritarios, que pueden provocar el odio hacia su figura y todo lo que ella representa. De todos modos, si no se tuvo el padre ideal, generalmente se tiende a llenar la figura con otras personas (profesores, parejas más adelante, tíos, abuelos, etc).
–Alguien escribió: “Para una niña, un padre es su primer amor. Para un niño, un padre es un héroe”.
–En el caso de la niña, además de ser su héroe, tiene un rol de protección, es la mimada: “El héroe y la princesa”. Para los varones hay ganas de parecerse a él, identificación y admiración.
–¿Qué preocupaciones tienen los papás actualmente?
–Por lo que me toca visualizar en el trabajo, hoy los papás están muy preocupados por el aspecto material, de hacer carrera en sus empresas con miras a una mejor calidad de vida para los hijos. Por eso se delega mucho la crianza en manos de terceros, seguros de que a los hijos no les faltará nada. Por la vida cada vez más difícil, se fomenta la competitividad y asegurar el futuro. Esto no es nuevo, pero hoy está más afirmado por la insatisfacción provocada por el consumismo.
–Tema tecnología: ¿cuánto afecta la falta de destreza que pueda tener el padre frente a su hijo pequeño?
–Del padre se espera que sea un solucionador de problemas y que tenga autoridad en la casa. Si no hay papá, lo hace mamá, y en familias muy disfuncionales no lo hace nadie. La tecnología no importa y sí lo que papá resuelve y resguarda en la familia. Los padres jóvenes manejan la tecnología, mientras que los mayores lo delegan a sus hijos, no es algo que haga decaer la figura paterna.
–¿Qué lugar ocupa hoy el padre?
–En la dinámica familiar, la rudeza y la fortaleza se equiparan a dictar reglas y hacerlas cumplir. Hoy día las mujeres cumplen ese rol con mucha frecuencia; si un hombre creció en una familia donde la autoridad fue su mamá, es probable que delegue lo mismo a su esposa. Por eso vemos hogares donde el padre es más compinche de los hijos y la mamá es la que imparte disciplina.
–¿Qué tipos de papás diría que existen en nuestra sociedad?
–El padre ausente, nunca conocido, el típico culpable cuando hay madres solteras, suele ser aún así idealizado e incluso muchos niños quieren conocerlo para tener relación con él. También es normal, en las parejas separadas, que los hijos vivan con la madre y el padre sea una figura satélite (en este caso su desafío es mantenerse como figura de autoridad). Luego está el padre adicto al trabajo, siempre cansado, desconectado de la familia. Otros padres, por sus acciones del pasado, tienen una imagen muy pisoteada ante los ojos de los hijos. No obstante, podemos decir que los roles más tradicionales se mantienen y generalmente con orgullo. Hay muchos tipos de familia y muchos tipos de padres, pero el rol es perenne.
–¿Cuál es la mejor forma de aprovechar esta etapa de idealización paterna?
–Es una etapa importante para crear vínculos de amor y confianza con el niño. En esta etapa no hay que tener miedo a fallar o decepcionar esa imagen de héroe. También hay que mostrar al niño que uno es humano, que puede cometer errores, y que de ellos se aprende. Eso hará que los niños sean más tolerantes consigo mismos y abiertos a aprender de sus propios tropiezos.
Tiempo, reglas, naturaleza
* Más que proteger o sobreproteger a los chicos, darles habilidades necesarias y oportunidad de probarlas y ejercitarlas cada día.
* Imponer límites y reglas claras que todos los hijos conozcan para la convivencia familiar.
* Salidas lo más baratas y naturales posibles, para disfrutar únicamente de la compañía y enseñar a los hijos que se puede ser feliz de manera simple, por estar cerca de quienes amamos.
* Deshacernos de las deudas, tal vez trabajar menos horas, ganar un poco menos pero enseñar el valor de dar tiempo a los hijos.
Ese es un regalo muy preciado y prometedor.
lperalta@abc.com.py