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El pasado martes, nuestro diario publicó en tapa el cauce del arroyo Mburicaó Sur, conocido como “Mburicá”, en el barrio Tacumbú de Asunción, repleto de bolsas de basura que se estancaron bajo el puente Pesoa, amenazando la salud de los pobladores de la zona.
Ayer, una brigada de la Dirección de Aseo Urbano de la Comuna fue hasta el lugar a retirar las bolsas de basura del cauce, utilizando rústicos rastrillos. Fueron cinco los funcionarios –de los cuales tres no contaban con guantes de seguridad– destacados en el lugar para la limpieza correspondiente.
El olor que despedían las bolsas de basura retiradas del arroyo era nauseabundo. El agua estancada está contaminada por los lixiviados (residuos líquidos) de los desperdicios arrojados al cauce por los vecinos del lugar y carreros que, de madrugada, botan al Mburicá todo tipo de despojos.
Mirta Quintana, presidenta de la Comisión Vecinal Tajy Poty, denunció que la basura permaneció en el cauce por 22 días y que ninguna brigada de la Municipalidad de Asunción intentó solucionar el problema.
Solicitó destinar un contenedor para que los vecinos arrojen allí sus desperdicios, ya que por la falta de caminos adecuados, los camiones recolectores no pueden ingresar a algunos sectores del barrio Tacumbú, que componen el Bañado Sur.
Denunció que la basura proviene del refugio ubicado en la Primera División de Infantería, donde miles de familias viven en forma provisoria tras haber sido desplazadas por el avance de las aguas del río Paraguay.
Sin embargo, aún faltan varios cauces hídricos por limpiar. El arroyo Mburicaó, en el Bañado Norte, está igualmente repleto de basura. El olor en esta zona es más fuerte puesto que las industrias cárnicas arrojan sus residuos al cauce.
La basura retirada es llevada al vertedero de Cateura.