El arte callejero renueva la cara de Asunción

El arte urbano irrumpió con fuerza en los muros de Asunción. Los grafitis, que se aprecian cada vez en mayor número en las paredes de la capital, hablan de un lenguaje visual en auge, con artistas que ya son reconocidos por su calidad. Para algunos es arte en las calles, un regalo para el pueblo que no se oculta en un museo; mientras que para los más conservadores son “manchas en las paredes”.

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Hasta hace unos cinco años, en Asunción apenas se podían apreciar como grafitis escritos “rebeldes”. Eran mensajes con contenido social, político o simplemente frases célebres y hasta insultos. Hoy, sin embargo, en un recorrido por el microcentro de la capital “madre de ciudades”, e incluso en algunos barrios, se puede comprobar que se trata de un medio de expresión que además de crecer en cantidad lo hace en calidad.

Una de las zonas que ya es característica por sus grafitis es el “casco histórico”. Allí, las paredes peladas e inexpresivas de la exfábrica de Cervepar se convirtieron en el lienzo de los grafiteros, que tomaron la zona y la llenaron de color.

La gente que circula por el lugar coincide en que esta era una zona muy abandonada y triste, hasta que los dibujos y colores del grafiti le dieron vida. Para muchos hoy es un recorrido interesante caminar por esas calles, mirando las obras e interpretando sus mensajes, que en general tienen una carga social o política. Destacaron además que hasta se cuidan las plantas, se plantaron naranjos y de a poco van creciendo. El sitio recibe incluso visitas de turistas, interesados en conocer más sobre arte urbano.

La tendencia es utilizar muros de edificaciones abandonadas. Muchas veces los artistas cuentan incluso con permiso de los propietarios. Otras veces los artistas aprovechan el abandono para resignificar este tipo de paredes.

Cada dibujo, un mensaje

Una de las artistas grafiteras reconocidas en nuestro país es Yuki Yshizuka, quien señaló que en líneas generales, el grafiti es una técnica pictórica de más o menos reciente creación, que consiste en pintar en las paredes, con pintura en spray, mensajes de contenido crítico social. El concepto ha ido evolucionando.

“Inicialmente, los grafitis consistían en pintar mensajes en las paredes como una manera de expresión rápida de protesta o manifestación. No es lo artístico lo que prima sino el mensaje de protesta, generalmente de contenido político o social”, expresó.

Agregó que hoy en día es común confundir los grafitis con los murales, pero prácticamente tienen la misma esencia. “Yo prefiero dar más contenido al dibujo. Que tenga un mensaje, antes que darle un sentido estético”, expresó.

Ella es la ideóloga de “Héroes de la dependencia”, una serie de grafitis que se puede apreciar a lo largo de un kilómetro de la calle El Paraguayo Independiente. Este proyecto se realizó en el año 2011, con apoyo del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes y auspicio de Itaipú .

Yuki señaló que la idea surgió para poner un signo de interrogación donde existe una afirmación referente a lo planteado en las celebraciones del Bicentenario de la Independencia. “El proyecto que presenté consistió en retratar a los ‘héroes’ de la independencia fusionados con villanos de comics y del cine de terror”, explicó.

La inspiraron preguntas como: ¿Por qué decir que son héroes teniendo en cuenta que también eran personas y por ende imperfectas, quizás inmortalizadas por la historia simplemente por sus ambiciones personales de llegar al poder?

Para concretar sus ideas, Yuki trabajó con cinco grafiteros que pudieran pintar en simultáneo y terminar lo más pronto posible los trabajos. “Concretar los trabajos era un riesgo, puesto que son dibujos de personajes famosos, se trabaja en la calle, en muros abandonados o en mal estado. El objetivo era minimizar el riesgo de censura”.

Al comenzar el trabajo la Juventud Comunista censuró con pinturas los primeros muros: el del Dr. Gaspar Rodríguez de Francia y el de Francisco Solano López. Yuki se siente satisfecha por este ataque porque significa que se logró el objetivo de la obra. “Si bien para mí estos dibujos son obras de arte, ese tipo de destrucciones significa que hay un feedback (respuesta) y se logró el objetivo de reacción ante una determinada manifestación, porque cada dibujo tiene un mensaje”, manifestó.

Arte solidario

Oz Montanía, grafitero paraguayo que ya dejó su arte en otros once países, señaló que la pasión por llevar el arte a la calle es lo que lo motiva. “Siempre pinté. Todos somos pintores rupestres, pero vamos perdiendo la costumbre con los años. Descubrí los aerosoles a los 13 años. Al principio hacía tags (firmas) y bombs (dibujos simples de dos colores). Ahora sigo aprendiendo, más allá de que sea un submundo o no, independientemente de toda la atención mediática que últimamente recibe el arte callejero, lo que a mí me gustó siempre fue pintar en la calle”, comentó.

Oz actualmente se encuentra en Río de Janeiro, invitado por amigos para pintar en favelas. Desde allí, vía Skype, afirmó que lo que le gusta del street art es que es arte solidario, para la ciudadanía. “Pintar en la calle no es fácil porque no existen comodidades. Es desafiante, hasta el clima influye. Y que lo destruyan es parte del juego. Sé que al terminar una obra podría durar horas o años”, expresó.

Por su parte, Adri Peralta, quien además de grafitera es diseñadora e ilustradora gráfica, contó que incursionó en el mundo del arte callejero hace unos cuatro años. “Ya dibujaba, pero fue un mundo nuevo para mí. El aerosol es una herramienta nueva y difícil de manejar. Las pinturas no salen como el boceto y al principio eso era frustrante”, comentó.

Peralta considera que el street art últimamente se volvió muy popular. El boom es incluso aprovechado por varias empresas. “Se pinta para marcas y se volvió comercial, lo cual no es la esencia del grafiti”, dijo.

Controversias al margen, el grafiti ya es una cultura instalada en Asunción.

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