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La alegría que dan los regalos de Reyes Magos a los niños aún no le llegó a Dora, de 10 años. Ella perdió ambas piernas a causa de una trombosis, pero su inocencia no le permite dimensionar aún sus limitaciones físicas. En una cartita, pidió que los magos le trajeran una bicicleta. El escrito le rompió el corazón a sus familiares y al personal de blanco del hospital escuela.
Las profesoras a cargo de las aulas hospitalarias de Clínicas, donde Dora estudia, encontraron las palabras para convencer a la pequeña que lo mejor sería pedir una silla de ruedas en vez de la bici. La niña, oriunda de Coronel Oviedo, entendió y los profesionales se pusieron en campaña para gestionar la silla. La solicitud fue realizada a inicios de este año ante la Secretaría Nacional por los Derechos de las Personas con Discapacidad (Senadis).
Pasaron los días y pese a la insistencia de las profesoras de Dora, la burocracia se impuso. La paciencia terminó el jueves y se transformó en indignación cuando desde Senadis informaron que no encontraban ningún registro del pedido de silla de ruedas para Dora.
Ya que la niña sigue preguntando por el regalo de Reyes y que la institución del Gobierno no da respuestas efectivas al pedido, las profesoras pidieron ayer a ABC exponer el caso ante la opinión pública, para ver si de esa manera se agiliza la entrega de la silla de ruedas. Esta tiene un costo aproximado de G. 1.080.000, el modelo estándar; y de G. 2.000.000 la de aluminio.
Faltaba la receta
La Dra. Ida de Esquivel, jefa de salas escolares de Clínicas, indicó que finalmente ayer de siesta se apersonó en el hospital la jefa de asistencia social de Senadis.
“El jueves les llamé a quejarme y hoy vino la representante de esta secretaría. Tomó fotos de la niña y de la familia. Pidió una receta médica en la que conste que la paciente necesita una silla de ruedas. Nos dijo que ese requisito faltaba”, comentó.
Cuando le consultamos si Senadis le explicó el motivo de la tardanza en entregar la silla, Esquivel dijo que el argumento fue que faltaba la receta. “Yo creo que estaban de vacaciones y nuestro pedido terminó por extraviarse”, manifestó.
Por ahora, Dora seguirá esperando.