Emotivo último adiós al padre Heyn

Los restos mortales del sacerdote salesiano doctor Carlos Heyn fueron depositados ayer en el cementerio de los salesianos, tras una emotiva misa que tuvo lugar en la parroquia Santo Domingo Savio de Fernando de la Mora.

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Cientos de feligreses provenientes de diferentes puntos del territorio se congregaron para dar el último adiós al padre Carlos Antonio Heyn Schupp, cuyos restos descansan en paz en el cementerio de los salesianos, ubicado en el predio de la Parroquia Domingo Savio de Fernando de la Mora.

El reconocido y apreciado sacerdote, destacado educador e intelectual por excelencia, falleció el sábado a los 80 años. El funeral, que se realizó con una misa de cuerpo presente, se inició a las 15:00 y fue presidido por monseñor Joaquín Robledo.

El cura de la parroquia Domingo Savio, padre Rufino Galeano, destacó los 49 años que dedicó el padre Heyn al sacerdocio, consagrando su vida a la docencia, la evangelización y el fortalecimiento de la familia, además de apoyar el trabajo de los obispos y párrocos en cuestiones de derecho canónico.

Al respecto, Óscar Pineda, de la Sociedad de Escritores del Paraguay, destacó que el padre Heyn era uno de los más grandes exponentes del Derecho Canónico, además de ser un intelectual que acumuló varios títulos y méritos académicos, formando parte de la Academia Paraguaya de la Historia.

“El padre Heyn fue un historiador sobresaliente. Tiene escritos varios libros y es considerado el más grande historiador de la Iglesia paraguaya”, refirió Pineda.

Durante la misa también hicieron uso de la palabra Vicente Rojas, del Santuario María Auxiliadora, quien solicitó la santidad del padre Heyn. Lo mismo hizo José Franco Alderete, creador de la misa folclórica paraguaya, quien recordó el apoyo espiritual que recibió del padre para plasmar su composición. Además hablaron Agustín Mendoza, en representación de los exalumnos del Colegio Don Bosco de Villarrica; y Federico Martínez, coordinador pastoral de la capilla Caacupemí, entre otros amigos y alumnos del padre.

Finalmente el sobrino del padre Heyn, Alejandro, valoró el esfuerzo de su tío por reunir a todos los descendientes Heyn, que luego plasmó en un libro, y que estaba preparando un segundo tomo, que quedó inconcluso con su partida.

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