Ex primera dama celebró ayer sus 100 años

ITACURUBÍ DE LA CORDILLERA (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional).Doña Guillermina Teixeira de Rolón, conocida también como “Ña Mina”, cumplió ayer 100 años. Ella es la viuda del general Raimundo Rolón, quien ejerció la presidencia de la República por 26 días, en 1949. Atribuye su longevidad a su alimentación metódica y natural. Emocionada, recuerda que le tocó pasar muchas vicisitudes como esposa de un militar y jefe de Estado. Sin embargo, pudo sobrellevar todo por amor a su familia.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2061

Cargando...

“Ña Mina”, como se la conoce cariñosamente, cuenta que se casó con el general Raimundo Rolón en 1931, un año antes de iniciarse la Guerra del Chaco.

Su marido, un militar dedicado a su labor, fue nombrado jefe de Operaciones del Estado Mayor y luego condecorado con la Cruz del Chaco por su destacada labor en la organización del Ejército durante la contienda.

En ese sentido, explicó que durante el tiempo que duró la guerra iba dos veces al mes junto a su marido para visitarlo en el frente de batalla. Indicó que el viaje se realizaba de manera fluvial hasta Puerto Casado y desde allí el viaje proseguía en tren.

Emocionada, recuerda que le tocó pasar muchas vicisitudes siendo esposa de un militar, pero pudo sobrellevarlo todo por amor a su familia.

De su matrimonio con el general Rolón, nacieron dos hijos: Edmundo -casado con Liliana Fleitas- y Victoria Rolón Teixeira, quien contrajo nupcias con el general Carlos Maggi.

Además de sus hijos, “Doña Mina” tiene 11 nietos, 30 bisnietos y un tataranieto, quienes la rodearon con mucho afecto durante el acontecimiento familiar.

Alimentación natural

Doña Guillermina atribuye su longevidad a su alimentación metódica y natural, pues afirma que se cuida consumiendo mucha leche recién ordeñada y añadió que en su quinta cuenta con una vaca lechera. Además, consume muchas frutas y carne de animales silvestres, que son su plato predilecto.

“Doña Mina” reside actualmente en Asunción, pero todos los fines de semana se traslada a la estancia “Buenaventura” de Itacurubí de la Cordillera, que era de su familia y donde residió cuando era niña.

La abuelita ama ese lugar porque le trae gratos recuerdos de su infancia y puede contemplar los animales vacunos y equinos que se crían en el lugar. Esto le produce mucha satisfacción.

Con motivo de su centenario, el obispo de Caacupé, monseñor Claudio Giménez, realizó una ceremonia especial en la quinta “Buenaventura”, con una bendición para que tenga muchos años más de vida.
Luego se realizó un desfile de los animales que se crían en la propiedad.

Finalmente, los familiares e invitados compartieron un almuerzo tradicional y campestre. La fiesta continuó hasta el anochecer.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...