Cargando...
La discapacidad y la pobreza son dos elementos de un ciclo que se retroalimenta. La situación de vulnerabilidad de los sectores con mayor pobreza crea las condiciones propicias para un mayor número de personas con discapacidad, quienes a su vez tiene menos acceso a los servicios de salud, a la educación, al empleo, a lo que se suma al costo de los cuidados necesarios, comentó Rosángela Berman-Bieler, activista y actual asesora de Unicef sobre niños con discapacidad.
“Una cosa alimenta a la otra, la pobreza genera discapacidad, porque la gente tiene menos acceso a agua limpia, menos acceso a la nutrición y a la salud, y eso también genera discapacidades, y la discapacidad a su vez también genera pobreza por la falta de acceso a los servicios”, explicó Berman-Bieler. Es por esto que entre los sectores con mayor pobreza existe un mayor número de personas con discapacidad, acotó.
Una herramienta indispensable para romper este ciclo es la educación. Sin embargo, en Paraguay existen aproximadamente 15.000 niños y adolescentes con discapacidad que se encuentran excluidos del sistema educativo. Otros 10.000 niños asisten a instituciones especializadas, que finalmente contribuyen a la segregación de la población.
“La educación segregada no es una solución ni para los niños ni para la sociedad, que sigue desaprendiendo sobre cómo incluir a todos sus miembros... Son espacios donde hay muy poca visibilidad y donde (los niños con discapacidad) siguen escondidos, aislados y no crecen como miembros de su comunidad y no participan socialmente en ella”, dijo.
Es por este motivo que la tendencia mundial es ir eliminando estas instituciones, y a su vez creando las condiciones necesarias para incluir a los niños con discapacidad en las instituciones educativas regulares. “No es solo un tema de ponerlos (en las escuelas), sino de crear las condiciones necesarias para que los niños puedan aprender en igualdad de condiciones”, agregó Berman-Bieler.
Entre estas condiciones están las adecuaciones edilicias y de materiales didácticos, de manera que los libros sean accesibles para los estudiantes con discapacidad. “Hay una iniciativa global para que en los próximos años todos los libros salgan con los formatos accesibles”, explicó la activista.
El Ministerio de Educación tiene actualmente 84 instituciones de educación especial y 105 aulas especiales que están en las escuelas regulares. A ellas asisten 10.936 estudiantes con discapacidad, informó Stella Pistilli, directora de la Dirección de Educación Inclusiva del MEC. “Esta es una realidad mundial que responde a un paradigma anterior”, acotó Pistilli. El año que viene, el MEC planea invertir en 100 escuelas para convertirlas en modelo de educación inclusiva, anunció.
En Paraguay rige la Ley N° 5136, de Educación Inclusiva. Según esta normativa ninguna institución educativa, sea pública, privada o subvencionada puede rechazar a un alumno por su discapacidad.
mayra.rivarola@abc.com.py