La belleza que da el amor

El día y mes de los enamorados, mayormente las mujeres esperan un halago de parte de su pareja. Pero, a la vez, para celebrar el amor no se necesita estar acompañadas, sino evaluar cómo nos sentimos. ¿Lindas, completas, satisfechas? ¿o todo lo contrario? Raquel Sosa, asesora de imagen y coach, nos habla sobre el tema.

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La publicidad elige mujeres hermosas y enamoradas junto a su pareja por el Día de San Valentín. “Creo que la presión de los medios y redes sociales, que nos transmiten ideas fijas, por ej., que si no pasamos con alguien ese día, si no publicamos nuestra cita especial, nuestro regalo, etc., en cierto sentido somos fracasadas en el amor, y esto genera en muchas una frustración. Debemos entender que somos mujeres completas, dejar de lado la creencia de que necesitamos encontrar nuestra ‘media naranja’ para poder ser felices. Primero debo amarme yo y ser feliz aceptándome con mis fortalezas y debilidades, sentirme plena y en paz, y a partir de ahí abrirme a la posibilidad de compartir mi vida con alguien que me complemente”, inicia Raquel Sosa.

–Parece ser cierto que enamorarse rejuvenece y embellece.

–Definitivamente sí, nos sentimos bellas y seguras porque al estar enamoradas –y ser correspondidas– tenemos un excelente ánimo, estamos positivas, nuestros ojos brillan, todo es posible y positivo; y los demás notan nuestra felicidad.

–Muchas mujeres esperan cumplidos de su enamorado, pero él es poco expresivo y eso las entristece o enoja.

–Aunque a las mujeres nos encantan los cumplidos no deberíamos esperarlos de nuestra pareja, ni sentirnos mal por eso, ya que la mayoría de los hombres no son detallistas como quisiéramos; lo que no significa que no seamos especiales para ellos. Los hombres son más lógicos y prácticos.

–¿Vestirnos y arreglarnos nos hace realmente sentir mejor?

–La ropa que llevamos transmite cómo nos sentimos. Cuando estamos bajoneadas solemos optar por prendas de colores neutros y oscuros, sin poner atención a los accesorios, peinado, maquillaje, etc. Al contrario, cuando estamos bien, tendemos a poner más atención y colorido a nuestros outfits. De ahí la importancia de entender que con nuestra imagen siempre emitimos mensajes, es la comunicación no verbal que también debemos aprender a manejar. Siempre debo analizarme y preguntarme: ¿qué transmite mi imagen hoy? ¿pueden verme tal cual soy? Una buena imagen es la congruencia entre lo que soy y cómo me perciben los demás.

–Orden emocional, mental, ¿y en el placard?

–También, por la sencilla razón de ser ordenadas nos facilitará enormemente a la hora de elegir nuestro vestuario diario, sin caer en lo que a la mayoría nos pasa: tener un placard lleno de “nada que ponerme”. Está comprobado que solo usamos el 20% de nuestras prendas.

–Para algunos asesores, lo más importante en el look femenino es un buen corte de pelo e invertir en carteras y zapatos. ¿Qué agregarías?

–Además de los accesorios adecuados, agregaría una buena actitud, postura correcta, sonrisa sincera, mirada al frente, esto me hace una mujer segura de mí misma, que creo en mí y que cualquier persona disfrutará de mi compañía.

–¿Tienen ventaja en la conquista las mujeres más lindas?

–Ser naturalmente linda siempre será un plus, da unos puntos extras a la hora de conocer a alguien. Me gusta una frase que dice: “Tu belleza te servirá los primeros 15 minutos, después debes tener algo más que ofrecer”. Una mujer es atractiva y sexy cuando se la ve segura, tiene tema de conversación, es auténtica, amable, considerada y posee sentido del humor, todo esto hará que cualquier hombre la admire.

Aprender juntas

Raquel Sosa se especializa en cursos dirigidos a mujeres. El próximo curso en Asunción se inicia en marzo. La asesora y coach trabaja en primer lugar la belleza interior y el valor de ser mujeres, dejando de lado complejos e inseguridades que puedan afectarnos. Enfoca paralelamente la imagen externa, buenos modales, postura, tonos de voz, etiqueta social, cómo vestirse para cada ocasión, maquillaje y cómo posar en las fotografías. “He logrado cambios que me enorgullecen –dice Raquel- como el de Sofía (casada, 40 años, 4 hijos), quien resumió en un texto: ‘Sufría de baja autoestima, inseguridad y celos. Mis conceptos de la belleza estaban equivocados, solo me castigaban y anulaban. Con trabajo interior y exterior, adquirí confianza y seguridad en mí misma’. “Hoy Sofía tiene 25 kilos menos y su vida dio un giro por completo. En los cursos aprendemos todas, ellas de mí y yo de ellas”, finaliza la profesional.

lperalta@abc.com.py

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