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“Los bañadenses no se merecen tierras anegadizas, bajas. Esta gente tiene derecho a vivir en tierras dignas y que no sean inundables. Sin embargo, políticamente se da una solución que acarreará en el futuro otras consecuencias negativas a estas personas. Esta fue una decisión apurada. La decisión de la Junta Municipal no es la solución”, advirtió el arquitecto Alfaro.
Añadió que las tierras de los bañados son anegadizas históricamente y que se fueron poblando a través del tiempo por causa de la permisividad y el populismo de las autoridades nacionales y municipales. “Fue una falta de consideración a las personas, dándoles una supuesta solución sobre un problema existente. Este tema se trató como un problema social-político. Porque si lo hubieran tratado como un problema netamente social, no se permitiría que existan bañadenses, gente viviendo en los bañados, y mucho peor bajar la cota”, reflexionó.
Otro aspecto considerado por el urbanista es el ambiental. “No se puede torcer la naturaleza, por algo se llaman bañados. Si desde antes, las autoridades tenían una visión de futuro, hoy el bañado tenía que haber sido un gran humedal, integrado a la bahía, al río, a la capital, que se podía utilizar como una gran expansión de la naturaleza. “No estoy diciendo que hay que dar prioridad a eso, estoy diciendo que no hay que ir en contra de la naturaleza, porque ella puede vivir sin el hombre, pero el hombre no puede vivir sin la naturaleza”, acotó.
Finalmente indicó que esta decisión de las autoridades municipales, de bajar la Cota a 56, provocará daños sociales. “Las autoridades deben ofrecer propiedades buenas y bien ubicadas, en zonas confortables, con tierra altas y con buen entorno”, dijo.