Metas marcadas

Reciente Navidad, llega el Año Nuevo, ambas fiestas nos traen la posibilidad de reordenar nuestros sueños. Pero para vivir mejor, para reforzar nuestra felicidad, hace falta ponerse metas creíbles y trabajarlas un poquito cada día. Tenemos 365 días por delante. ¿Ya pensó cuáles son sus metas?

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Cuando nos fijamos una meta estamos mostrando hacia dónde queremos dirigir nuestras acciones o deseos. Comúnmente las entendemos como propósitos y objetivos. Las fiestas de fin de año son un tiempo de movimiento interior.

Algunos hacen un balance de qué metas se pusieron y cumplieron, pero muchos más prometen en enero lo que se olvidará antes de que acabe el verano. Se pueden fijar metas de vida como ser mejor persona, mejorar la forma de amar, fortalecer las virtudes, cometer menos errores. Ponerse una meta está ligado a la persistencia y al esfuerzo.

Según motivadores, para alcanzar propósitos se necesita: automotivación, compromiso, adaptación y flexibilidad, autocontrol emocional, organización.

Algunos pasos para establecer nuestras metas son: a) preguntarse qué es lo que se quiere, b) fortalecer la confianza en uno mismo, c) aceptar la responsabilidad, d) escribir la meta –para que no quede en una simple fantasía–, e) analizarla, f) expresarla cada día en voz alta –no solo para recordarla sino para que el subconsciente trabaje en ella, g) dividir la meta en pequeñas metas, h) poner una fecha límite. Otros aspectos importantes son: a) plantear los distintos obstáculos, b) pensar qué conocimientos y habilidades se necesitan, c) desarrollar un plan de acción, d) visualizar los resultados, e) compartir la meta con alguien que nos quiera (no nos critique ni se burle pero sí que exprese libremente su opinión), f) revisar con frecuencia el plan de acción: cambiar, agregar, descartar, g) realizar una acción, aunque sea pequeña, cada día.

“Las metas dan un marco para la vida. Por Ej., este año quiero viajar, hacer un curso en el extranjero o cambiar mi jardín, entonces esos proyectos direccionan mi actuar, mis gastos, mis intereses”, dice la psicóloga Sandra Basili. La profesional resalta que las metas dependen de las características personales, de cómo funcione cada uno. “El estructurado necesitará tener en mente el panorama de todo el año; por el contrario, el más arrojado, caminará y a medida que avanza buscará la manera de conseguir llegar a lo que quiere. Hay gente que primero tiene que saber cómo llegar, o si no, va perdiendo fuerza y se frustra. En cambio, otros dicen que la meta es suficiente motivación para encontrar los medios. Cualquiera sea la manera, siempre hay que tener metas porque eso le da sentido a nuestra existencia”.

Metas 2017

¿Año Nuevo, metas nuevas?

Preguntamos de imprevisto. Las respuestas fueron espontáneas:

-Beatriz (51), ama de casa: “No me pongo metas inalcanzables. Mi método para lograr algo es el trabajo. Quiero terminar mi casa y cambiar mi alimentación”.

–Guadalupe (48), comunicadora: “No hay que ponerse metas. Hay que fluir con la vida para ser feliz. Todas las veces que hice planes me frustré porque no podía cumplirlos. El hombre propone y Dios dispone”.

–Patricia (44), docente: “Por supuesto que hay que ponerse metas, necesitás un rumbo siempre, te ayuda a valorarte, a saber de qué sos capaz. Yo lo aprendí este año porque me asocié a un grupo de mujeres emprendedoras. Antes era más empírica. Mis metas profesionales son más planificación, más networking y seguir aprendiendo. En lo personal, comer menos harinas, ir dejando paulatinamente. Pero cuesta”.

–Ma. Sol (43) abogada: “Tengo metas cada día, no las hago a fin de año, salvo la de bajar de peso… que no se cumple. Mis metas son pasar los exámenes que tengo programados, sacar licencia de conducir, una acreditación internacional de auditoría. En el trabajo, posicionar mi área, formar mi equipo, ganar credibilidad. Todas mis metas son laborales, debe ser porque mi organización de vida es así. Sigo mi camino como le indica el gato a Alicia en el país de las maravillas: “El camino depende en gran medida de adónde quieres ir”.

–Adriana (51), ama de casa: “Creo que hay que ponerse metas. Pero no sé cuáles serían las mías”.

–Angélica (43), médica: “No sé si ‘hay’ que ponerse metas, pero es lindo, refleja el optimismo, la esperanza y la confianza de que Dios nos seguirá regalando tiempo para hacerlas realidad. Mis metas 2017: pasar unos días de verano con mi familia y poder reencontrarme con algunos parientes que no veo hace 30 años. Como profesional, seguir profundizando mis conocimientos, contactar con colegas extranjeros para trabajar en conjunto. Luchar para ser mejor persona y profesional, y así poder hacer felices a otros.

–Ma. José (48), editora: Sí a ponerse metas como un trabajo o proyecto, porque te ayudan a organizarte y a pensar qué es importante para vos; después se verá qué metas vale la pena cumplir o las que hay que cambiar. No tengo metas imposibles sino sueños que me sirven de inspiración para ser feliz. Tengo un amigo que anuncia cada año: “Este año voy a ser rico”, yo le voy a copiar y decir que este año voy a hacer más rentable mi trabajo. Otra meta que tengo es correr 5 km.

–Miriam (34), bailadora: Aprendí a ponerme metas cuando viví en Japón; ellos tienen la costumbre de escribir en un papel todos sus objetivos para el año siguiente, pero en verbo presente, como si ya lo hubieran realizado. No tengo metas imposibles porque no creo que existan. Tengo metas para el próximo año, pero no quiero contarlas; están relacionadas al arte, a llevar más esperanza a las personas.

–Ricardo (48), deportista extremo: Sí, me pongo metas todos los años, pero si no llego, me satisface lo alcanzado porque puse lo mejor de mí. Es importante ponerse metas porque estructura el esfuerzo y el rumbo. Mi meta para el 2017 es lograr los permisos y licencias para habilitar comercialmente mi agencia de viajes y turismo. Como deportista este año sí o sí quiero escalar el Kilimanjaro.

–Carlos (46), informático: El año pasado cumplí una meta que me llevó 7 años concretarla. Para este año tenía la esperanza de concretar otra, también esperada por años, pero no fue así. Decidí recomenzar mi realidad, con todo el dolor que implica un corazón roto. Luego de eso, no más planes. Mi meta hoy es el día a día: comer bien, descansar lo suficiente, hacer nuevas amistades, ser coherente con la decisión que tomé y no volver a mirar atrás.

–Horacio (61), veterinario: Sí, me pongo metas. Quedo satisfecho si puse todo lo que pude para cumplir. Mis metas para este año: un quirófano móvil y editar un libro.

lperalta@abc.com.py

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