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Fulvio Celauro y Germán Bittar nos dan un panorama, en representación de los miles de casos con el difícil proceso que atraviesan habiendo tenido que recurrir a la justicia para poder ver a sus hijos.
Fulvio tiene una nena de 3 años y medio, a quién dice no ver hace 7 meses, salvo excepción –permitida por la madre de la pequeña– “por ser el Día del Padre”, explica él mismo, y agrega: “El pasado 21 de junio pude verla después de tantos meses, la noté tímida, recién al final de la tarde estuvo más abierta, me abrazó, me dio un beso, pero no estaba como antes de que su mamá cortara el relacionamiento”.
Germán, papá de dos hijos, 11 y 12 años, comenta que lleva ya un tiempo en trámites judiciales, “cuando vi que el tema se ponía difícil, pedí un régimen de relacionamiento ante la justicia, y me llevó 2 años ganarlo. Es agotador, así que bajé los decibeles, pero nunca dejé de ver a mis hijos, a quienes veo muy sometidos”.
-¿Cómo está la ley con relación a los intereses paternos?
-G: El Código de la Niñez y Adolescencia dice que preferentemente los hijos hasta los 5 años estarán con la madre. Hay todavía prejuicios de que la madre solamente puede cuidar a la criatura, y no se concibe al hombre cocinando o bañando a sus hijos. Pero justo miraba en un programa argentino sobre el tema que cada vez más abuelos/as se encargan de los nietos mientras sus hijos trabajan.
-F: Conozco casos de hombres viudos que criaron a sus hijas, hoy convertidas en mujeres fabulosas. Hoy prácticamente ni el padre ni la madre están en la casa, sino que se delega el cuidado a una niñera.
-¿Qué pelean como asociación de padres?
-F: Esperamos de nuestra Corte lo mismo que ha hecho la Corte Suprema de Justicia en México: declarar a ambos con los mismos derechos sobre los hijos. Estamos trabajando un proyecto de ley que ya está en la Cámara de Diputados con ayuda de Fabiola Oviedo.
-G: Queremos reformar ciertos artículos del Código de la Niñez para que los juicios de relacionamiento sean más ágiles, menos onerosos y se incluyan terapias psicológicas, además de sanciones pecuniarias y de servicios sociales para quien obstruya el relacionamiento. También queremos leyes como en Brasil, contra la alienación parental, que puede discutirse si es un síndrome o no, pero lo que nadie puede negar es que existe la manipulación de hijos.
-¿Cómo encararán las fuertes políticas de género?
-F: Si bien en la política las mujeres requieren un porcentaje de participación –estamos de acuerdo–, la tendencia mundial es que los comités, los colectivos de género vayan desapareciendo. Esto se ve claramente en las grandes cooperativas, que son muy democráticas y dan oportunidad a la capacidad personal y al mérito. En el tema de los hijos en nuestro país se le da un tinte de género y es un problema civil. En mi caso, tengo como 12 desacatos y a la mamá de mi hija no se le consideró ninguno, porque la jueza se desentiende.
Palabras renovadoras