Cazatesoros quisieron vender seguridad a BNF

Los mismos cazatesoros que fueron presentados como “inteligencia” de Brasil y que fueron contratados para realizar un “escaneo” a la sede central del Banco Nacional de Fomento (BNF) remitieron meses después una oferta para proveer de equipos e instalación de seguridad a la entidad financiera. Los supuestos agentes federales, que hablaron de un “tesoro” bajo la bóveda del banco, tuvieron acceso a información sensible gracias a la autorización de altos jefes policiales. Las contradicciones sobre quién autorizó el ingreso continúan entre las autoridades involucradas.

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Volmir Ganguilher y Eder de Oliveira son dos civiles brasileños que se presentaron como del Servicio de Inteligencia del Brasil, aunque la Policía afirma que son técnicos que tienen un equipo especial que puede detectar profundos túneles.

Estos hombres realizaron un escaneo con un equipo denominado “Earth Imager EXP 5000”, que no es otra cosa más que un simple detector de metales con una sensibilidad apenas un tanto superior que a la mayoría de los comúnmente utilizados.

Los brasileños fueron presentados por el jefe de Delitos Económicos de la Policía, comisario Abel Cañete; quien, a su vez, mantenía informado constantemente al mismísimo comandante, comisario Críspulo Sotelo.

La Embajada de Brasil en Paraguay informó que ni Ganguilher ni De Oliveira fueron acreditados por la representación diplomática para realizar tareas oficiales dentro del Paraguay. Aun así, ambos obtuvieron autorización para moverse a sus anchas dentro del BNF.

En el informe del famoso “escaneo” que realizaron ambos el 8 de enero pasado a la sede central del BNF, los brasileños afirmaban haber detectado la presencia de un mineral debajo del predio.

Aunque luego entraron en contradicciones, los mismos brasileños y los altos jefes policiales que recibieron el informe hablaban de un “cofre” que podría supuestamente ser de la época de la Guerra de la Triple Alianza. De hecho, acudieron a un historiador para preguntarle sobre viejos mapas de una red de túneles que se extendería debajo del microcentro de Asunción.

En total estos “agentes de inteligencia” que no eran otra cosa más que simple cazatesoros, tuvieron acceso a sucursales de 11 bancos del Paraguay, todo bajo amparo de la Policía Nacional.

En la víspera, el jefe de Delitos Económicos entró nuevamente en contradicciones y aseguró a una emisora radial que estos hombres habían firmado el informe sobre los escaneos en carácter de testigos. Sin embargo, una copia del documento a la que tuvo acceso ABC Color da cuenta que ambos firmaron como técnico y supervisor.

Aparecieron con oferta

Meses después de haber accedido a información sensible sobre el banco que deberá albergar todos los fondos públicos en contados meses, los dos “agentes de inteligencia” de Brasil remitieron al BNF una carta en la que ofrecían sus servicios como proveedores e instaladores de equipos de seguridad para la entidad bancaria.

La carta fue escrita totalmente en portugués y fue fechada el 06 de mayo pasado, poco más de cinco meses después del recorrido que realizaron, gracias a la complicidad de la Policía, dentro del predio del BNF.

En el documento, los cazatesoros brasileños explican las necesidades de seguridad que supuestamente detectaron dentro de la sede central del BNF en el microcentro capitalino y dan datos sobre equipos que deberían ser instalados para mejorar las condiciones. Casualmente, esos equipos, entre los que figura un sensor antisísmico, son vendidos por ellos mismos, quienes también están habilitados hasta para realizar los estudios y las instalaciones.

La misiva termina presentando una oferta final de US$ 16.318,81 por la provisión de los equipos y su posterior instalación.

La carta no cuenta siquiera con membrete de institución o empresa alguna y cuenta con la firma de Volmir Ganguilher y Eder De Oliveira, los mismos nombres que aparecen al final del informe presentado por la Policía al BNF tras el escaneo realizado a su sede central en enero pasado.

Es decir, que dos civiles brasileños, dedicados simplemente a la búsqueda de tesoros, tuvieron acceso a información extremadamente sensible gracias al visto bueno otorgado por el jefe de Delitos Económicos de la Policía, comisario Abel Cañete; y el mismísimo comandante de la fuerza del orden, Críspulo Sotelo.

Los encargados de velar por la seguridad del bien público facilitaron este acceso.

juan.lezcano@abc.com.py jcalcena@abc.com.py

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