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La intención era dotar de buses nuevos para una ciudad en expansión. También evitar la superposición de unidades, permitiendo la ampliación de la cobertura y los itinerarios, así como el cumplimiento de los horarios. En Encarnación y los distritos de Cambyretá, Capitán Miranda y San Juan del Paraná transitan unas 180 unidades del transporte urbano e interurbano de pasajeros.
Pero los empresarios de buses de Encarnación, en alianza con los ocho concejales colorados, resistieron el llamado a licitación. Los dueños de buses “chatarra” nunca pensaron que el Ejecutivo Municipal dejaría de ser de la ANR. La anarquía en que se manejó el tema en el ámbito municipal en las anteriores gestiones de intendentes colorados llegó a un punto tal que no existió compromiso contractual entre la administración municipal y los transportistas.
En junio del año 2017, Sebastián Remezowski, Jorge Hrisuk, Andrés Morel, César Rojas, Eduardo Florentín, Diego Aquino, Pablo Novosad y Ana Palacios, todos de la ANR, en una acción inconsulta y a contramano de los usuarios, impusieron al Ejecutivo celebrar contrato con los dueños de buses chatarra, a través de la Ordenanza 76/2017, otorgándoles el carácter jurídico que no tenían con la Comuna.
Dos meses después, un dictamen de la Contraloría General de la República (CGR) abrió nuevamente el camino al llamado a licitación del servicio de transporte público de pasajeros para turística Encarnación, capital de Itapúa.
Por otra parte, Coordinadora de Usuarios de Transporte Público de Pasajeros desde hace varios años reclama a la Municipalidad un estudio técnico integral del sistema de transporte público para conocer el costo real del servicio. Se trata de un plan director de consulta técnica y ciudadana como el “Encarnación Más”, nombre con el que se conocen dos planes fundamentales para Encarnación.