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De la misma manera, muchos jóvenes pudieron culminar sus estudios, numerosas familias accedieron una casa propia, entre otros beneficios que ofreció a toda la comunidad.
Sin embargo, por su ambición desmedida, un grupo de personas que tomó las riendas de la institución –y a pesar de la oposición rotunda de varios socios– realizó préstamos multimillonarios para invertir en un negocio que desde el principio se anunció que solo generaría pérdidas.
Con los años, la situación fue de mal a peor. Y a pesar de que los directivos y el mismo Instituto Nacional de Cooperativismo (Incoop) conocían de los números desfavorables, continuaron “vendiendo” la imagen de que todo marchaba bien; incluso, realizando erogaciones de dinero totalmente innecesarias, por ejemplo, para viajes para capacitarse al exterior, dietas sumamente altas para los miembros del directorio, entre otras asignaciones.
En el ambiente se percibía lo que se conoce como “crónica de una muerte anunciada”. Hasta que finalmente hace unas semanas los funcionarios del Incoop anunciaban, tras haber realizado dos intervenciones, la liquidación de la cooperativa.
Numerosos socios que con mucho sacrificio entregaron su confianza en la institución –depositando sus ahorros de varios años de sacrificio– se sienten estafados.
En el Ministerio Público obran numerosas denuncias, pero poco o nada han hecho para avanzar en las investigaciones, temerosos –tal vez– de la protección política de los investigados.
Este robo no puede quedar impune. La ciudadanía ovetense y de los alrededores no debe callar.
carmen.colman@abc.com.py