Cargando...
Las plazas ubicadas frente al Congreso y al ex Cabildo están ocupadas por unos 3.000 campesinos: hombres, mujeres y niños. Allí, bajo precarias carpas, están a las órdenes de sus dirigentes para iniciar una marcha o participar de las reuniones informativas.
El predio está vallado y se accede al interior por El Paraguayo Independiente a la altura de Chile. La entrada está controlada por campesinos, que preguntan al extraño el motivo de la presencia. Una vez sorteado el obstáculo, por delante, se observan decenas de carpas y bajo están familias enteras que se guarecen del sol y se refrescan con el tereré. Fuera están las fogatas, que de acuerdo al horario, uno puede ver hirviendo agua para el cocido o una gran olla llena de comida atendida por las damas. Los ingredientes son proveídos por los cooperativistas. Al costado de las posadas están apilonados los garrotes, que los campesinos acostumbran llevar cuando marchan por las calles.
Un poco retirado del lugar están los baños portátiles, mientras que de un árbol a otro tienden una soga en la cual cuelgan las ropas que lavan. La situación de hacinamiento en que están no les permite tener espacios para tomarse un baño, pero esta situación salvan caminando unas cuadras hasta La Costanera, donde la mayoría acude para bañarse y mantenerse fresco, por lo menos, por algunos minutos. Estos campesinos, la mayoría de San Pedro, pero a quienes ayer se les sumaron labriegos de otros departamentos, llegaron a nuestra capital hace tres semanas con un objetivo bien claro: la condonación de sus deudas.
No hay mercado
Nuestra presencia en el lugar llamó la atención. Rafael Villagra, uno de los campesinos, que dijo ser de San Pedro, fue el primero que se acercó a dialogar.
Para el labriego de unos 40 años, en el campo solo hay miseria. Nos relató que en su caso obtuvo un crédito de 1.500.000 guaraníes en Financiera El Comercio para comprar semillas de sésamo, que a los cinco o seis meses, ya está para ser comercializado. Sin embargo, una vez cosechado te pagan una suma ínfima por kilo. Antes costaba 7.000 guaraníes el kilo y ahora pagan a 2.500 o 3.000 guaraníes. Explicó que mientras el agricultor trabaja en este rubro, también debe cuidar su mandiocal. Antes pagaban 350 guaraníes el kilo, pero ahora solo quieren abonar G. 150.
A su criterio, la falta de una política de mercado, es la causa del drama que soportan los campesinos.
Recorrer las plazas significa sortear varias cuerdas que sostienen las carpas. En los pasillos también estaban los infaltables vendedores de asadito, pororó y gaseosas. Y en medio de ese laberinto, las personas bromeaban, contaban chistes y otros jugaban a los naipes.
Estos campesinos están decididos a lograr su objetivo, cual es la condonación de sus cuentas. Pero cuando hablan de números, sus ecuaciones varían y la ciudadanía desconfía por la avivada de algunos dirigentes que, de un monto inicial, hacen mención a otra cifra y todos parece indicar que se trata de una avivada y hasta vale la pena para sacar la mayor tajada al Estado.
US$ 150 millones
Jorge Galeano, de la Coordinación Nacional Multisectorial, luego de la entrevista que mantuvo el miércoles con los obispos del Paraguay, junto a otros dirigentes campesinos y de las cooperativas fue categórico en afirmar que hay 252.000 campesinos deudores y que para salvarlos de los remates se necesitarían entre 50 y 60 millones de dólares. Estos montos variaron considerablemente la tarde del jueves, cuando luego de una reunión con parlamentarios, los ministros Juan Carlos López Moreira y Juan Carlos Baruja, Luis Aguayo dijo que la condonación costaría 150 millones de dólares.
El mismo Jorge Galeano ayer actualizó el monto, y ya no eran 50 ni 60 millones de dólares. “Nooo. Nosotros estimamos que la condonación costará 150 millones de dólares”, aclarando incluso que no pudo haberse equivocado porque era un dirigente que no puede decir “hoy 10 mañana 20 o 30”.
Para Galeano, el Gobierno tiene toda la herramienta para pagar por los campesinos. “Se roba menos. Pagando solo 10.000 guaraníes por el cocido o redestinando los millones de los bonos, se puede tener los fondos que se necesitan”, indicó.
Lo cierto es que ayer llegaron más campesinos atraídos por esta “gracia del cielo” para sumarse a los que están. Anunciaron que otros llegarán la madrugada del lunes. Los asuncenos, en cambio, seguirán violentados en sus derechos de transitar libremente. Los manifestantes ya adelantaron que las protestas se agudizarán hasta que las autoridades cedan a sus pretensiones.
avelazquez@abc.com.py