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“Arregui es víctima y victimario, así como el fiscal general del Estado”, y ahora los procesos tienen menos garantía porque se sacó a “un bandido para meter a otro bandido”, dijo Soares, quien tiene pendientes varias causas judiciales por su dudosa administración de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) en el gobierno de Fernando Lugo.
“Para mí no es garantía que se le saque a un bandido y se le meta a otro bandido”, dijo Soares, porque “Arregui montó una rosca mafiosa hace mucho tiempo en el Poder Judicial donde operaba apretando”. En el caso de llegar a algún acuerdo, ellos “aflojaban o no imputaban”, dijo.
“En el caso de confrontarles, como me pasó a mí, él (Arregui) ejercía todo el apriete posible y tenía una autonomía que trascendía a varios fiscales generales del Estado”, acusó el presidente con permiso del P-MAS.
Citó nombres de la supuesta “rosca mafiosa” y cómo funcionaba el presunto esquema, pero dijo que recién una vez que terminen sus procesos judiciales presentaría las pruebas. El “grupo político más cercano a la unidad Anticorrupción es el del Partido Democrático Progresista (PDP), donde están Desirée Masi y Arnaldo Giuzzio, quien es su senador número 1, y él era el fiscal Anticorrupción de la oficina de Arregui”, señaló. Agregó que con esto tampoco afirma que Díaz Verón y el grupo del senador colorado Enrique Bacchetta sean “los buenos” de la película.
“Muchas veces, cuando estábamos todavía en el gobierno y cuando estábamos todavía procesados, Arnaldo Giuzzio hizo llegar una serie de pedidos de negociación para liquidar mi causa”, dijo, y agregó que también “Arnaldo Giuzzio transó con González Daher, porque en el ambiente político todos saben que transó” para excluirlo de un caso por supuesta evasión de impuestos.
En otro caso también mencionó que “el equipo de Rocío Vallejos (quien llevaba la causa por lesión de confianza contra Soares) me hizo llegar propuestas extrajudiciales para liquidar la causa”, afirmó. Indicó que tanto Giuzzio como Vallejos y el exministro del interior Carmelo Caballero, “número dos de Rafael Filizzola”, esposo de Masi, actualmente trabajan en el mismo estudio jurídico y forman parte del supuesto esquema.
También consideró que “el responsable número uno del cambio es Díaz Verón” y no cree que tanto el presidente Horacio Cartes como el senador Bacchetta hayan ordenado el cambio de Arregui. Agregó que Díaz Verón “eligió un reemplazante y le colocó directamente a su primo, alguien de su confianza”, logrando una “concentración de poder demasiado grande” para dirigir la unidad fiscal que, según Soares, sirve tanto para “fines de recaudación de dinero como para presión política”.