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Así también, hizo más de 70 destituciones y nombramientos en los distintos ministerios, secretarías y empresas del Estado en poco más de tres años de gestión. Según una investigación periodística, los hombres de Lugo duraban en promedio solo 16 meses.
En este periodo, el exmandatario se caracterizó por comunicar las destituciones mediante llamadas, mensajes de texto, por terceros o incluso mientras se encontraban en misiones internacionales.
Solo algunos integrantes del primer anillo permanecieron en sus cargos: Dionisio Borda (Hacienda), Esperanza Martínez (Salud Pública) y Miguel López Perito (jefe de Gabinete Civil).
Entre las destituciones más sonadas se encuentran las de Efraín Alegre, del Ministerio de Obras; y de Rafael Filizzola, de la cartera de Interior.
La izquierda acusó a los exfuncionarios de hacer proselitismo con recursos del Estado mientras otros sectores denunciaban que se “pasó la factura” a los que estaban en contra del proyecto de reelección.
Sin embargo, Lugo incluso apoyó la abierta campaña proselitista de Esperanza Martínez o Miguel López Perito dentro del Frente Guasu y les mantuvo en sus cargos sin problemas.
El año pasado, Lugo inició el 2011 con una serie de polémicos cambios en varias instituciones. Su objetivo era posicionar a la izquierda sobre el Partido Liberal Radical Auténtico con miras a las elecciones generales del 2013.
“Es atribución”, decían
“Es una atribución constitucional del Presidente nombrar a sus colaboradores”, decía Rocío Casco, del P-MAS. En términos similares se refirió el senador Sixto Pereira. Las bancadas liberales divididas ex profeso por Lugo reconocían la “potestad” del exmandatario de hacer cambios; no obstante, advertían que cambiar a ministros del PLRA por personas de otro sector sería perjudicial.
Lo que en un principio se temió como falta de apoyo a Lugo culminó con el juicio político por el cual se destituyó al exobispo de la Presidencia.
Mantuvo a cuestionados
Contradictoriamente, el expresidente Lugo también mantuvo en sus cargos a dos altos funcionarios salpicados con hechos de corrupción y con causas en la fiscalía, como son el extitular de la SAS Camilo Soares y el expresidente de Petropar Juan González Meyer.
Sin embargo, se desprendió de dos hombres que eran catalogados como buenos funcionarios, el caso de Javier Contreras, en Aduanas, y Eugenio Alonso en el Indert. “Lugo castiga a todos los funcionarios trabajadores y honestos sacándoles de sus cargos y premia a los corruptos, manteniéndoles al lado suyo”, afirmó en su momento el expresidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) Néstor Núñez, entre otros referentes.
“Persecución”
Ahora, los luguistas se escandalizan con los recientes cambios realizados por el presidente Federico Franco.
Por ejemplo, ante la salida del director de Emergencias Médicas, Enrique Bellassai, reaccionaron al señalar que su salida forma parte de una campaña de persecución política contra los zurdos.
Pero, a juzgar por quien reemplazó a Bellassai, el cargo queda en manos de un especialista que goza de una impecable reputación y trayectoria profesional.
No hay denuncias
La actual ministra de la Secretaría de la Función Pública, Nuria Isnardi, manifestó que la institución a su cargo no recibió ni una sola denuncia de despedido injustificado. En relación a los supuestos 1.500 despedidos en la era Federico Franco, que denuncia el Frente Guasu, la funcionaria señaló que desconoce de dónde salió ese número. Admitió algunos cambios de directores.
agodoy@abc.com.py