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Luego de una serie de incidentes y tras pasar por varios jueces, el caso recayó en el juez Gustavo Amarilla, quien se apartó de entender en el presente proceso debido a que Álvaro Arias, quien defiende a Fernández Lippman, tiene un hijo que trabaja en su secretaría.
Ayer se realizó el sorteo para determinar qué juzgado atendería la causa y recayó en Escobar.
El magistrado solicitó un informe detallado de lo que se hizo en el presente proceso para saber quiénes son los procesados, quiénes los representan y ver si existe algún impedimento legal para que entienda en el presente proceso.
Luego de eso verá si acepta o no la causa.
Debido a las recusaciones e inhibiciones en este caso, existen varias diligencias pendientes de resolución, como la nulidad del acta de imputación y también la fijación de audiencias de imposición de medidas (arresto o libertad ambulatoria) para todos los procesados.