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En su descargo, el efectivo procesado había alegado a sus superiores que retiró su arma, equipamientos y municiones de la armería de la Agrupación de Seguridad, en la propia Comandancia, cuando se iniciaron los disturbios. Sin embargo, al poco tiempo de los enfrentamientos casi todos los uniformados se quedaron sin cartuchos. Tras reportarse el desabastecimiento, el mismo director de Apoyo Táctico, comisario general inspector Enrique Isasi, fue rápidamente en una camioneta a traer más municiones y luego empezó a repartir los cartuchos a los escopeteros que llegaban a él hasta frente al Cuartel Central.
Pero como el caos se propagó por todo el centro, otros efectivos posteriormente se repartían las balas los unos a los otros según la necesidad. Lo que ahora el suboficial Florentín debería contar es quién le entregó los últimos cartuchos que disparó en el PLRA, ya que el propio uniformado sostiene que no sabía que eran letales, sino que pensó que eran de balines de goma.