Todo quedó entre parientes

El atentado en el que murieron el periodista Pablo Medina (53) y su acompañante Antonia Almada (19), el 16 de octubre de 2014, fue planeado y ejecutado por el temido clan Acosta de Ypejhú, al cual se le atribuyen varias otras muertes en la zona fronteriza que nunca fueron siquiera investigados.

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El ataque fue ordenado por el entonces intendente de Ypejhú, Vilmar Acosta Marques, quien actualmente tiene 42 años de edad, y ejecutado por el hermano mayor de este, Wilson Acosta Marques, y el sobrino de ambos, Flavio Acosta Riveros.

Wilson, quien ahora tiene 46 años, permanece prófugo presuntamente en el lado brasileño. En tanto que Flavio, de 32 años de edad, está preso en Brasil desde enero de 2016, en espera de que sea extraditado a Paraguay.

Según los datos, el intendente colorado llamó a su hermano Wilson para un trabajo de “limpieza” en la frontera, que incluía el asesinato del exintendente de Ypejhú Julián Núñez, de un informante de Pablo Medina y del propio periodista de ABC Color. Los tres crímenes ocurrieron uno tras otro.

Flavio, en tanto, fue reclutado por su tío Vilmar luego de que tuviera problemas con la Policía en Caaguazú. A cambio de esconderlo, Vilmar le hizo participar a Flavio en el crimen de Pablo Medina.

Vilmar Acosta Marques, alias “Neneco”, va a afrontar juicio desde este lunes.

Wilson Acosta Marques es el sicario más buscado del país desde la muerte de Pablo y Antonia. Flavio Acosta Riveros sigue tratando de sostener que es brasileño, para evitar ser traído al país.

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