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El secretario de Comercio, Wilbur Ross, será quien encabece la delegación enviada a Paraguay por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para el traspaso de mando que tendrá lugar el miércoles.
Ross es un inversionista incluido durante varios años en la lista de las 400 personas más ricas de los Estados Unidos.
Pero además de la presencia de Ross, sobresalen los nombres de varios miembros de la delegación.
Otro miembro de la delegación norteamericana es Juan Cruz, considerado asesor clave de Donald Trump. De origen puertorriqueño, fue el jefe de la CIA en Colombia y en 2017 fue nombrado director para Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional (National Security Council, en inglés), según datos publicados por Univisión.
Michael J. Fitzpatrick, el subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos de Brasil y el Cono Sur, completa la delegación.
Entre quienes acompañarán a la delegación sobresale el nombre de Elizabeth Kimer, directora adjunta de la CIA para Europa y Eurasia.
Preocupados por Triple Frontera
La conformación de la delegación de Estados Unidos es bastante llamativa, más si se tiene en cuenta que en los últimos años el Gobierno norteamericano volvió a manifestar preocupación sobre la situación de nuestro país y en particular a la zona de la Triple Frontera.
En junio del año pasado, el presidente Donald Trump recibió un informe del Bureau of Alcohol, Tobacco, Firearms and Explosives (AFT) sobre el comercio ilegal de cigarrillos, con recomendaciones para combatirlo.
El informe había sido realizado en cumplimiento de una orden ejecutiva del presidente norteamericano del 9 de febrero de 2017.
Según publicó el diario ABC Color en mayo del año pasado, la orden ejecutiva de Trump, dista de ser casual y rutinaria. Al contrario, implica un giro importante en la política de Estados Unidos en relación con la llamada “Delincuencia Organizada Transnacional” (DOT) y la voluntad de combatirla.
Fuentes de Washington señalaron a ABC Color que la nueva administración consideró necesario establecer pautas que no dejaran lugar a dudas sobre la determinación del Gobierno en este campo, con el fin de revertir lo que ven como un relajamiento de las acciones de inteligencia y operativas contra el crimen transnacional durante la gestión de Barack Obama.
Uno de los “puntos calientes” del planeta donde supuestamente se produjo ese relajamiento es la Triple Frontera, lo que podría haber alentado a grupos criminales y terroristas a incrementar su actividad.
Las fuentes llegaron a señalar incluso que la orden de Trump, aunque es global, fue dada precisamente con la mira puesta en esta parte del mundo, a instancias de personas que trabajaron en la zona y que expresaron su frustración por no haber contado con los recursos y las instrucciones para que su tarea sea efectiva.
Como indicio, mostraron un memorándum de la AFT dirigido al Departamento de Justicia, en el que consta que las investigaciones sobre el tráfico ilegal de tabaco cayeron de 100 al año en 2010 a 13 al año en 2016.
Cigarrillos y terrorismo
El tráfico ilegal de cigarrillos pasó a tener una gran relevancia para Estados Unidos desde que aparecieron evidencias de que se ha convertido en una nueva fuente de financiamiento del terrorismo.
Hay crecientes indicios de que el Hezbollah participa en el contrabando de cigarrillos en sociedad con el Primer Comando da Capital (PCC), la principal organización mafiosa de Brasil. Paraguay es considerado el mayor proveedor de cigarrillos de contrabando en el hemisferio occidental, tercero en el mundo, y Tabacalera del Este, propiedad del presidente Horacio Cartes, la mayor productora de Paraguay.