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Los mudos testimonios de la época de la contienda están en el lugar también conocido como Km 180 y ha despertado gran expectativa y curiosidad.
Hace unos meses, al buscar un terreno de dónde extraer tierra para las obras del asfaltado, los representantes del Consorcio Corredor Vial Bioceánico encontraron restos de camiones, una minitopadora Caterpillar usada como móvil de transporte, restos de andamios de ladrillos, un lavadero de cemento para varias personas, varios pozos, hierros, chapas y vigas de madera de hasta casi seis metros de altura, hoy perdidos entre copas de árboles en la inmensa jungla chaqueña. Todos los objetos están envueltos por las lianas y entre matorrales espinosos y de difícil acceso. En realidad, los elementos ya eran conocidos hace 30 años por los encargados de la propiedad, que pertenece a un ciudadano alemán, pero nadie le dio importancia al lugar.
Tras la visita de una comitiva interinstitucional a mediados de septiembre se lanzó la idea de proyectar en el sitio un museo al aire libre, lo que requerirá de una profunda limpieza, pasarelas y espacio para estacionamiento de vehículos, una vez que se pueda llegar a un acuerdo con el dueño de las tierras.
Sergio Ríos, de la Secretaría Nacional de Cultura, adelanta que harán un relevamiento minucioso de toda la zona, para identificar en primer lugar todos los restos en el contexto histórico y de forma particular los elementos que componen este sitio. “Después se puede pasar a un plan de musealización del lugar, preferentemente en el mismo punto y seguramente va a redundar en un beneficio turístico para el Chaco. Este sitio es maravilloso, desde muchos puntos de vista, porque a más de contener la parte histórica de esta región, también está rodeado de mucha naturaleza”.
Campamento militar
Uwe Friesn, encargado de Cultura de Chortitzer, destaca que “hace 80 años atrás este lugar formaba parte de un campamento militar y un centinela en el puesto de guardia, ya que desde este punto el camino hacia el oeste corría hasta el fortín Camacho, hoy Mariscal Estigarribia”. La antigua garita de vigilancia todavía existe y no será tocada por los trabajos viales, según la promesa del ministro de Obras Publicas, Arnoldo Wiens, en su visita al lugar. Esta torre tenía aspilleras de defensa, para los guardias del lugar. Fue un puesto de vigía antes y después de la Guerra del Chaco, y el camino fue extendido desde el Km 160, pasando por Km 180, hasta Mariscal Estigarribia, para abrir una comunicación al noroeste chaqueño, y como en Centinela había casas, construcciones para agua, talleres y otras más se levantó torreón de custodia..
El tren de Puerto Casado entró en el Chaco en un momento hasta el Km 160, a 20 km de Centinela. Después retrocedió hasta lo que se conocía como Punta Riel o Km 145, donde hasta hoy existen algunas construcciones antiguas.
Otros sitios de interés
Una visita al futuro museo al aire libre en Centinela se puede aprovechar para conocer varios otros lugares de interés de la Guerra del Chaco, como el Fortín Isla Po’i, que se sitúa cerca de la Bioceánica, entrando poco más de 10 km desde la nueva rotonda en Loma Plata. Otros fortines son Campo Vía, Gondra, Trébol y Toledo. El Fortín Boquerón es el mejor recuperado y mantenido, con algunos de los viejos edificios, trincheras y un museo, que alberga una gran cantidad de objetos, entre armas y fotos. Es visitado por unas 3.000 personas anualmente.
En este museo de Boquerón se encuentran también restos del avión Potez 25 TOE, que utilizaba la Aviación Paraguaya en la Guerra del Chaco, encontrados en la reserva natural Cañada El Carmen, zona de Infante Rivarola, distrito de Mariscal Estigarribia.
Cómo llegar
A Centinela se llega por la ruta Transchaco, entrando desde el acceso a Loma Plata hasta la nueva rotonda. Desde ahí se debe ingresar unos 75 km por la ruta Bioceánica, en dirección a Carmelo Peralta. Está previsto que el Corredor Bioceánico –actualmente en construcción– pase por Centinela partiendo desde Carmelo Peralta en su Tramo 2, en línea recta, por Mariscal Estigarribia, la Picada 500 y hasta Pozo Hondo.
Texto y fotos: mduerksen@abc.com.py