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Hoy, los musulmanes cierran el Ramadán, mes en el que el profeta Mahoma recibió la primera de las revelaciones que componen el Corán, texto sagrado del Islam. Además de una celebración religiosa caracterizada por el ayuno durante el día, el Iftar, momento en el que se rompe el ayuno al caer el sol, es una oportunidad para disfrutar de la rica gastronomía del Oriente.

Específicamente en Marruecos, la comida es sello de cultura y tradición y una forma de fortalecer las relaciones y la comunicación entre personas y comunidades. En Paraguay, la Embajada de Marruecos ofreció una experiencia Iftar de la mano del embajador Badreddine Abdelmoumni y su esposa Laura.
El Iftar marroquí se rompe con el consumo de dátiles y un vaso de agua o leche. Luego, se pasa a la mesa con abundante comida salada y dulce. El orden de consumo es indistinto y depende del gusto de cada comensal.
Riqueza y diversidad
La gastronomía marroquí es conocida por su riqueza y diversidad, y se caracteriza por ingredientes y técnicas únicas. A saber, el uso de las especias está a la orden del día, así como el aceite de oliva, frutas y verduras. En cuanto a las técnicas de cocción, incluyen el uso de la tagine, una de olla de barro con tapa cónica utilizada para la distribución uniforme del calor y para mantener el sabor. También se usa la sartén de hierro llamada el chakchouka.

Con estos elementos emergen platos típicos como el tagine, un estofado de carne o pescado cocido en la olla de barro con especias y frutas. Couscous: pasta de trigo cocida al vapor, servida con verduras, carne y salsa. Harira: sopa de lentejas y verduras, a menudo servida como entrada y msemen, un pan plano relleno de carne, verduras y especias. Otros manjares que se destacan son: makrut, shebbakia, harsha y ghriyba. En todos ellos, una de las especias transversales es la canela, ya sea en platos dulces o salados.
Uno de los platos estrella es la pastela marroquí, que consiste en una masa de hojaldre rellena de ingredientes variados, como carne, verduras, frutas y especias.

La importancia del té
Por otra parte, el té es una bebida muy importante en la cultura marroquí y en el Iftar es infaltable. El té verde es el más popular, y se suele servir en vasos pequeños y coloridos llamados kés desde una tetera de plata o ibrik. La preparación del té es un ritual en sí mismo, y se considera un signo de hospitalidad. Asimismo, además del té beben agua y jugos, ya que durante el Iftar el alcohol no está permitido.

Más allá del Iftar, donde se despliegan todos los saberes gastronómicos y tradiciones, de manera general, la cocina marroquí encierra influencias árabes, bereberes, africanas, mediterráneas y francesas, lo que le brinda sabores y aromas distintivos y característicos. La presentación y decoración de los platos son muy importantes en la cultura marroquí, y se suelen utilizar elementos como la plata, el oro y las flores para decorar la mesa.