De repente, aparece en las redes toda una movida para alertarnos sobre los peligros de la hiper hidratación. Nos informan que el consumo excesivo de agua puede diluir en nuestro torrente sanguíneo los niveles esenciales de electrolitos, como el sodio, el potasio y el magnesio. Pasa que estos electrolitos son esenciales para mantener el equilibrio de fluidos dentro y fuera de las células, así como para el funcionamiento normal de los músculos y el sistema nervioso. Cuando los niveles de electrolitos se desequilibran debido a la hiperhidratación, pueden surgir problemas de salud como la hiponatremia, porque con tanto líquido se puede desmineralizar el organismo. Los síntomas de la hiperhidratación producen confusión, cansancio y hasta convulsiones.
Casi el 80% de nuestro organismo está formado por agua, así que es fundamental beber o ingerir suficiente líquido al día sin caer en la hiperhidratación. Cafés, infusiones, lácteos, caldos o incluso frutas entrarían dentro de esta ingesta hidratante que, además, está vinculada con un mejor envejecimiento.
El agua es vital para el funcionamiento adecuado del cuerpo humano. Participa en una amplia gama de procesos, como la regulación de la temperatura corporal, la eliminación de desechos y toxinas, y el transporte de nutrientes a las células. La hidratación adecuada es esencial para mantener la salud de los órganos, la piel y el sistema circulatorio. Sin embargo, como en muchos aspectos de la vida, el exceso puede tener efectos adversos.
El problema, como suele ser habitual, es que no nos percatamos de que estamos perdiendo minerales con el exceso de agua que bebemos, sobre todo cuando vivimos en climas calurosos como el nuestro o estamos haciendo un ejercicio particularmente intenso que también ayuda a deshidratarnos.
Se da por hecho que sabemos que las bebidas alcohólicas no nos hidratan, ya que el alcohol es un diurético de primer orden por eso suele deshidratar, en vez de hidratarnos.
Existe un riesgo cuando nuestro cuerpo retiene más agua de la que necesitamos o ingerimos más agua de la que el organismo demanda. También es cierto que tener los depósitos de agua bien provistos ayuda a ciertas funciones vitales, el control de la temperatura o del sistema excretor y urinario.
La cuestión es que nuestro cuerpo depende de dos filtros naturales para expulsar el exceso de líquido. Los riñones tienen esta tarea que, si los sobrecargamos, puede llegar a suponer un riesgo cuando hay más agua en nuestro organismo de la que debería. Por último, me vengo a enterar que el agua embotellada podría ser agua muerta si la sometieron a tratamientos como la osmosis inversa. Tanto dato sobre hidratación me dio sed pero ahora no sé si beber o no beber…
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