Durga suele ser representada como una mujer hermosa con múltiples brazos, cada uno con varias armas que simbolizan su poder ilimitado y su capacidad para proteger y destruir. El león, su montura elegida, representa coraje y valor, y se dice que es la fuente de su fuerza.
En toda mamá existe una diosa primordial y aunque no tiene múltiples brazos parecería tenerlos cuando a diario realiza una cantidad de acciones a la vez. Cocina, limpia los mocos, recoge la ropa toda tirada por ahí, levanta del piso calcetines, juguetes, zapatos, se ocupa de que haya papel higiénico en los baños, que la mesa esté puesta, cambia las toallas, las sábanas, los manteles y mantiene llenos el azucarero y el salero. Es un ser tan cotidiano como divino, que nos acompaña a través de toda la trayectoria vital. La mamá es la que nos cuenta la vida, cómo es la vida, la que nos traduce el mundo, la que nos va armando y organizando los recuerdos que tenemos de la infancia.
María, la madre de Jesús, es muy venerada en el sufismo como un ejemplo de alguien que descubrió lo divino y se abrió a recibir la inspiración celestial dentro de su cuerpo y de su ser, al aceptar ser la madre de Cristo Jesús.
El título Madre de la Iglesia refleja la profunda convicción de los creyentes cristianos, que ven en María no sólo a la madre de Cristo, sino también a la madre de los fieles. Ella es reconocida como madre de la salvación, de la vida, de la gracia; es justamente como madre de los salvados que es proclamada Madre de la Iglesia.
“Tú eres la madre de la justificación y de los justificados, la Madre de la reconciliación y de los reconciliados, la madre de la salvación y de los salvados” dice San Anselmo.
Las madres tienen una gran capacidad de paciencia, de crianza, de amor.
Nüwa, es la diosa madre de la religión popular china, heroína y miembro de los Tres Soberanos de la mitología china. Se le atribuye la creación de la humanidad y la reparación del Pilar Celestial.
Existe una heroína en cada madre que es creadora de vida, pilar del hogar y cuya épica está en el acto de parir, de traer vida a este mundo, de dar a luz. Una epopeya que no tiene mucha literatura, ni teatro, ni cine, como sí tienen las guerras, las batallas sangrientas, la muerte.
Querida madre, madre querida, energía femenina creadora de vida y fuerza fundamental del universo.
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