El origen de los juegos y el sabor en San Juan

Pese a los avances tecnológicos y la vida cotidiana que transcurre a las corridas, las tradiciones de San Juan perduran en nuestro país y tienen un sabor especial. A la magia de las pruebas se suman los juegos y los platos típicos.

Las fiestas de San Juan con animación musical y danzas paraguayas son una tradición en la parroquia Virgen del Rosario de Luque. Foto: Gentileza Revista Alégrate.
Las fiestas de San Juan con animación musical y danzas paraguayas son una tradición en la parroquia Virgen del Rosario de Luque. Foto: Gentileza Revista Alégrate.NERY SANABRIA

De aquellas celebraciones de San Juan de la infancia, décadas atrás, en los patios de las escuelas, colegios, clubes de barrio o simplemente en las arenosas calles del vecindario, en la actualidad pasamos a las celebraciones que abarcan clubes sociales y shoppings.

San Juan sigue diciendo que sí con todo el sabor paraguayo y se ha aggiornado.

“En el calendario popular, el San Juan Ára representa una de las mayores festividades religiosas en la cual colíganse íntimamente elementos folclórico-profanos, como la magia, el baile y las comidas; estas últimas especialmente preparadas para la ocasión: botifarra, chicharõ trenzado, chipa aramirõ, so’o y abati, loganiza, mbeju, pajagua mascada, sopa paraguaya, mbaipy he’ê y cosereva”, dice José Antonio Gómez Perasso en un artículo titulado San Juan Arete (Suplemento Dominical, ABC color, 1976).

El judas kái es infaltable en las celebraciones de San Juan.
El judas kái es infaltable en las celebraciones de San Juan.

En la víspera de San Juan –continúa– las pruebas harán sus conjuras y renovarán sus cartas en nombre del Santo, quien les infundirá poder y clarividencia; los jóvenes derramarán tinta sobre un papel, y lo plegarán, guardándolo para, en la noche, entregárselo a los vaticinadores que interpretarán el sentido de las manchas; también arrancarán hojas de laurel hû y las colocarán bajo la almohada para soñar con el ser con el cual contraerán matrimonio, o pondrán dos limones, uno verde y otro maduro, cada uno con el nombre correspondiente de la persona deseada, extrayéndose posteriormente, sin mirar, uno de ellos que indicará a la persona adecuada para el enlace.

El toro candil también está muy extendido, aunque ya no se utiliza el cuero de la vaca, sino materiales sintéticos.
El toro candil también está muy extendido, aunque ya no se utiliza el cuero de la vaca, sino materiales sintéticos.

Tal vez los juegos se han modernizado y hasta podríamos buscar la media naranja que nos depara San Juan con ayuda de una app, pero los pasatiempos siguen muy arraigados. Quizá no con el mismo significado que pudieran habérseles dado tiempo atrás, pero por lo menos son para pasar gratos momentos en familia, con los amigos o vecinos.

Del amor a jugar con fuego

Jugar con fuego es propio de nuestros sanjuanes. Pelota tatá, toro candil, tatapÿi ári jehasa estaban muy extendidos tiempo atrás. Lo que sí subsiste y con gran fuerza es el judas kái, pues es el que menor riesgo representa en las aglomeraciones de gente con los debidos cuidados.

No son pocas las anécdotas contadas por nuestros abuelos en que los cuernos del toro han trasladado su fuego a las faldas de una joven a la vestimenta de un cambá, al igual que una inesperada pelota tatá que tomara desprevinidos a los mirones.

Tal vez pocos se animen a caminar sobre brasas candentes en la actualidad, pero otrora eran infaltables. El ritual era simple: sacarse los zapatos, persignarse y pronunciar la frase en tu nombre, señor San Juan... Casi nadie se quejaba al día siguente de haberse quemado o apareciera con ampollas. Y quien padeciera consecuencias negativas, fue porque no lo hizo con la debida fe.

Inconfundible colores luqueños en los trajes de las bailarinas que participan en el elenco que anima las fiestas de San Juan.
Inconfundible colores luqueños en los trajes de las bailarinas que participan en el elenco que anima las fiestas de San Juan.

El paseo sobre brasas ardientes<b> </b>

El médico, folclorista y antropólogo Gustavo González también describió y estudió las celebraciones de San Juan Bautista entre el 23 y 24 de junio. Los elementos infaltables son: “a) la veneración ante el ara donde se yergue su imagen; b) las fogatas de San Juan; c) el paseo sobre brasas, que se llama según las regiones San Juan ratá –los juegos de San Juan o Tatapÿi jehasá –paseo sobre, brasas– d) y algunos juegos de sociedad tales como augurios de noviazgo –San Juan dice que sí, San Juan dice que no– o la condensación de plomo derretido a fuego en un recipiente de agua fría donde el metal adopta formas muy abigarradas, con leve apariencia de las cosas reales que nos rodean, que interpretan los concurrentes conforme a su imaginación como los test del análisis psicológico de Rorschach”.

A decir del estudioso, preparar la fogata para el paseo sobre las brasas tenía su ritual que empezaba al alba en el día de San Juan con leña de lenta combustión para que, al crepúsculo nocturno, llegara consumido dejando gran cantidad de ceniza como residuos y las brasas encendidas. Este carbón se extendía con un rastrillo sobre tierra plana y apisonada formando un reguero homogéneo de 5 a 7 metros de longitud, hasta un metro de ancho y 10 centímetros de espesor.

El pastel mandió es uno de los platos infaltables en las fiestas de San Juan.
El pastel mandió es uno de los platos infaltables en las fiestas de San Juan.

Poco antes de la medianoche del día de San Juan –sigue describiendo Gustavo González– se reúne la gente para presenciar el espectáculo.

“Los que creen en la significación y virtualidad del rito, y van a someterse a la prueba del fuego, son adolescentes y jóvenes adultos de 10 a 20 años, por supuesto de peso exiguo y alguna experiencia (...), aquellos sujetos descalzos ubicados en una cabecera de la senda ígnea, caminan sobre ella sin temor ni apresuramiento aparente hasta el otro extremo. Comúnmente no se queman o apenas si se chamuzcan el pulpejo de algunos dedos”, sigue relatando.

Dice León Cadogan que este juego debe realizarse antes de la medianoche en el día de San Juan. Si pasa de la hora “se queman los pies”.

Pero la tradición de pasar sobre las brasas no es un invento paraguayo. Comenta Gustavo González que “este paseo sobre el fuego de las Fiestas de San Juan ya se halla descrito en la Eneida, libro XI, de Virgilio, cuando los troyanos de Eneas, derrotados después de la destrucción de su ciudad por los griegos, emprenden la conquista de una nueva patria en el Lacio”.

Ilustración de los juegos típicos de San Juan.
Ilustración de los juegos típicos de San Juan.

En la Eneida, un héroe de las huestes troyanas, Arrunte, rogó a sus dioses “Apolo, custodio del Santo Saracte, de quien fui el primer adorador, para quien sufrimos la llama con haces de pino y luego confiados en tu piedad benevolente pisamos en medio del fuego las brasas abundantes, concédeme, oh padre todopoderoso, que sea borrado por nuestras armas este desdoro (el de una eventual derrota de los troyanos)”.

Y esto lo escribió Virgilio, nacido en el año 88 antes de Cristo.

La fiesta del amor y el fuego

Al hablar de los orígenes de las fiestas de San Juan, Luis Verón las asocia con las celebraciones del solsticio en civilizaciones antiguas y que han llegado a América con el ropaje del cristianismo y en honor a San Juan Bautista.

De ahí surgen los conjuros amorosos, los juegos con el fuego de aquellas fogatas que todavía hoy se reproducen en varios países europeos en la noche de San Juan.

pgomez@abc.com.py

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