Samuel Hirschkorn (67) es quien más sabe de calendarios en nuestro país. De hecho, lleva años investigando la historia del calendario, con publicaciones en redes sociales. Ingeniero civil de profesión, graduado de la Universidad Nacional de Asunción, es asesor, consultor y astrónomo aficionado.
Quién mejor que él para explicarnos sobre la importancia de estas fechas en nuestras vidas, aunque muchas veces –como lo ha dicho Antoine de Saint-Exupéry– lo esencial es invisible a los ojos. El Sol se alejó del trópico de Capricornio trayéndonos el invierno mientras lleva su calidez al hemisferio norte con el verano boreal.
—Solsticio pareciera un vocablo ajeno a nuestra cotidianeidad, pero es parte de la naturaleza y las ciencias. ¿Qué representa el solsticio en la vida de nuestro planeta?
—Antes que nada, me gustaría aclarar conceptos. Nuestro planeta tiene la particularidad de poseer su eje de rotación inclinado 23º 27’ con respecto al plano de la Eclíptica, plano en el que se mueve la Tierra alrededor del Sol, gracias a lo cual existen las estaciones. Tenemos cuatro momentos en el año donde se producen cambios de estación; esos momentos ocurren en los solsticios y en los equinoccios. En astronomía llamamos solsticios a la máxima declinación boreal o austral del Sol, es decir, que no puede ir más al norte del trópico de Cáncer ni más al sur del trópico de Capricornio. Esto ocurre en los meses de junio y diciembre, dando lugar al inicio del invierno en el hemisferio sur y al verano en el hemisferio norte, produciéndose lo contrario seis meses después, es decir, inicio del verano en el hemisferio sur e invierno en el hemisferio norte. Los equinoccios se producen cuando el Sol cruza el ecuador celeste, pasando del norte al sur en setiembre y de sur a norte en marzo, dando lugar al inicio de la primavera en el hemisferio sur y del otoño en el hemisferio norte, produciéndose lo opuesto seis meses después.
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—¿De qué forma influye en el desarrollo de la humanidad?
—Tanto los solsticios como los equinoccios son fundamentales, sobre todo en la agricultura, ya que de acuerdo con el clima se puede determinar en qué momento sembrar o cosechar los diversos vegetales necesarios para el consumo tanto humano como animal. Hoy en día, con las plantas genéticamente modificadas o con la utilización de grandes invernaderos, pueden hacerse germinar semillas en cualquier época del año, pero imagínense ustedes la importancia que tenían estas fechas en la antigüedad, cuando la agricultura era rudimentaria y dependiente del clima. Yendo a otro aspecto, diversas culturas realizan celebraciones y rituales, reflejando su conexión con la naturaleza. Por ejemplo, al solsticio de invierno consideran renovación, renacimiento, etc., y al de verano, sin embargo, lo asocian a la abundancia y a la fertilidad.
—Usted es un estudioso del calendario, ¿cómo el hombre se fue dando cuenta de la existencia del solsticio?
—La respuesta a esta pregunta ya casi fue respondida con la anterior, pero hay que destacar algo que no nos damos cuenta y todo lo damos por sentado, por decirlo de otra manera, lo tenemos todo servido en bandeja. Hemos perdido la capacidad de observación de los fenómenos de la naturaleza. En la antigüedad era fundamental la observación por los cambios climáticos, de eso dependía la supervivencia. La existencia de estos momentos se debió justamente a la observación constante del cielo de las antiguas civilizaciones. En el caso de los solsticios, notaron que, haciendo un seguimiento del movimiento aparente del Sol durante el año, había un momento en que llegaba hasta un “tope”, parecía detenerse y regresaba nuevamente por su camino anteriormente recorrido, volviendo a repetirse otro ciclo de cambio de clima en forma periódica y constante.
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—Nuestras fiestas de San Juan y el uso del fuego tienen que ver con antiguas civilizaciones y costumbres, pero han llegado hasta nuestros días. ¿Podría explicarnos?
—Casi todas las festividades del calendario pagano y también el litúrgico de la Iglesia católica poseen antecedentes astronómicos. Por ejemplo, las fechas de la Semana Santa, la fiesta de San Juan, la Navidad fueron de origen pagano y fijadas por eventos astronómicos. La festividad de San Juan y la Navidad corresponden originalmente a las celebraciones de los solsticios y los de la Semana Santa al equinoccio de marzo, que serían materia para otra ocasión. Lo del uso del fuego era tradicional ya desde la antigüedad, y se tenía la creencia de que con ello se quemaba todo lo negativo dando lugar a nuevas oportunidades, a más de renovar energía y ahuyentar malos espíritus.
—Hay gente que ve como fuente de mucha espiritualidad al solsticio y, por tanto, propicio para los rituales. ¿Es diferente la energía del Sol en estas fechas?
—De ninguna manera, recordemos que el Sol es una estrella ubicada a 150 millones de km. de distancia de nuestro planeta. La cantidad de energía en forma de luz y calor que recibimos depende exclusivamente de su posición con respecto a nuestra situación geográfica en una determinada época del año. Recordemos que en el solsticio de junio se inicia el verano en el hemisferio norte, los rayos del Sol caen perpendicularmente en todos los puntos ubicados sobre la línea del trópico de Cáncer, es lógico que las poblaciones ubicadas en el trópico sientan con más intensidad el calor emanado del Sol que en nuestras latitudes. Contrariamente a lo que ocurre en diciembre, cuando los rayos solares caen perpendicularmente sobre el trópico de Capricornio en nuestro hemisferio, como lo expliqué al principio. Con respecto a los rituales, en América, los Incas poseen una celebración religiosa en honor al Sol, el Inti Raymi, en el solsticio de junio; en México, en Chichen Itzá, y así también se realizan rituales en Bolivia. En Europa, las culturas celtas, eslavas y germánicas prendían hogueras para fortalecer al Sol y asegurar cosechas abundantes. Para otros significa la lucha entre la muerte (oscuridad) y el renacimiento (luz).
—¿Qué acontecimientos importantes de la humanidad podríamos asociar al solsticio?
—Las fechas de solsticios a lo largo de las civilizaciones fueron momentos clave en la historia de la humanidad, tanto en América y Asia como en Europa, no solo por los rituales y celebraciones, sino también por algunas construcciones que reflejan una conexión de esas culturas con la naturaleza y el cosmos.
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De acuerdo con el significado etimológico, la palabra “solsticio” proviene del latín solstitium, que significa “sol quieto” o “sol estacionario”. Y ahora que conocemos de la importancia del solsticio para nuestro planeta y la existencia de la humanidad, es importante detenernos a pensar y reflexionar sobre la perfección de la naturaleza para dar lugar a un verdadero renacimiento en la convivencia con el entorno y nuestra casa, la Tierra.
Hora exacta de llegada del invierno
El astrofotógrafo Rodrigo Ríos explica que “en su camino por el cielo, el Sol tocó la línea del trópico de Cáncer el 20 de junio de 2025 a las 23:42 hora de Paraguay. Con este evento se dio inicio al invierno austral en el hemisferio sur y al verano boreal en el hemisferio norte. Los días 20 y 21 de junio fueron los días de menos luz solar del año con una luz diurna de 10 horas y 33 minutos”.
Con el nuevo huso horario de Paraguay, el Sol salió a las 7:35 y se puso a las 18:09 durante los dos días.
A partir del inicio del invierno, las noches seguirán siendo más largas que los días, pero con el paso del tiempo y poco a poco las noches se irán acortando, hasta que llegue el equinoccio de primavera. Una vez ocurrido el equinoccio de septiembre, la longitud del día superará a las horas de oscuridad.
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