El Rally del Paraguay nació con el firme deseo de unir todas las fuerzas posibles con el principal objetivo de mostrar las bondades de nuestro país en sus diferentes facetas y la pasión de su gente por el rally, el que sin lugar a dudas se cumplió con creces.
Por un lado, se exhibió el superlativo nivel del deporte motor nacional, no solo desde el punto de vista deportivo, con sus pilotos, copilotos y equipos, que cuentan con una admirable infraestructura y un parque de autos de última generación que se posiciona a la vanguardia en la región; sino desde lo organizativo, con una dirigencia que, además de contar con el influyente y determinante respaldo gubernamental, se preparó a través de un Equipo País y demostró que definitivamente estuvo a la altura de un evento de esta envergadura.

Por otro lado, la llegada de los mejores pilotos, copilotos y equipos del mundo acapararon la atención global, a los que se sumaron grandes figuras representativas del automovilismo mundial, como el presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), Mohammed ben Sulayem; Juha Kankunnen y Peter Solberg, expilotos, y Luis Moya, excopiloto, todos campeones del mundo de la modalidad en su momento; entre otras que desde que llegaron a pisar nuestro suelo no pararon de elogiar lo muy bien preparada que estaba la fiesta mundialista, desde un parque de servicios acorde a las necesidades hasta los tramos, que si bien fueron exigentes desde un principio por una multiplicidad de factores, dejaron más de una postal que recorrió el orbe.


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Y así fue, los extranjeros llegaron, pisaron la tierra roja de Itapúa con sus florecientes lapachos (tajy), fueron agasajados, “mimados” y quedaron maravillados por la hospitalidad, el cariño y la correspondencia de los miles de fanáticos paraguayos que “asediaron” a sus ídolos, los que hicieron que exploten las redes sociales, especialmente Oliver Solberg, con su habitual carisma, y Kajetan Kajetanowicz, con su peculiar capibara (carpincho), haciendo que los acontecimientos sean únicos y memorables para todos, a tal punto de que los mismos hayan manifestado que todo lo que vivieron aquí no pasa en otra parte del mundo, lo que definitivamente produce un verdadero orgullo nacional.
Paraguay y su riqueza natural, como la de sus paisajes al borde del río Paraná, por ejemplo, sumado a un público ejemplar que respetó y disfrutó del rally mundial en casa, hacen presagiar que el evento mundialista llegó para quedarse por muchos años más. Por ahora presentamos este álbum con las mejores instantáneas del evento que sigue dando que hablar.
