La canasta mecánica

La canasta mecánica
La canasta mecánicaArchivo, ABC Color

DESDE LA DUDA - Me confieso dudante. Eso no significa inseguridad,  tampoco desconfianza, tal vez cautela. Tiene que ver con cuestionar y poner en tela de juicio las afirmaciones y certezas que ya vienen empaquetadas, incluidas las creencias propias.

Dudar es mantener la mente en estado de alerta reflexiva en la búsqueda de un entendimiento profundo, que suele activar preguntas, cierto conocimiento y, a veces, alguna pequeña sabiduría.

En estos tiempos de seguidores bots que se compran, de volátiles clics y relaciones líquidas, se valora la urgencia más que la importancia, la rapidez más que el contenido, lo partidario más que lo comunitario. Por ejemplo, convertirte en cófrade de la extrema derecha te coloca en defensa de no sé qué clase de libertad, que te exime de toda responsabilidad eco ambiental de cuidar a nuestro planeta de una emergencia global, causada por el cambio climático. Ser secuaz de la ultra derecha te permite negar con certeza absoluta la existencia del cambio climático, te inyecta un odio infame a las ONG, un asco nada nacional ni soberano a las organizaciones civiles ciudadanas copiado del discurso de Donald Trump. Pasarte al lado oscuro facho de la fuerza libera tu conciencia de cualquier sentimiento de rechazo a la deforestación de los bosques y a la contaminación de las aguas; te dispensa de defender los derechos de los animales, de comprender que existen las diferencias de género, de considerar que hay semejantes que sobreviven en un estado de pobreza extrema. Si formás parte de la derecha mortadela, es decir, si sos una persona asalariada que se une al sindicato de los multi millonarios, te vas a reír en forma burlona de la compasión, la vas a tildar de woke, como si estuviera mal el querer ayudar a la gente desposeída, como si amar al prójimo fuera un error.

Aquí ya empiezan a asaltarme las dudas. Pero la duda no destruye lo que pensamos saber, más bien nos permite reconstruirlo desde un lugar más sincero, más sólido.

Es muy cómodo ser periodista militante del Gobierno y defenderlo a diario con fanática certeza. Es muy cómodo gritar en defensa de la soberanía de nuestro país, pero acatar con despreciable servilismo los maltratos y atropellos que comete Donald Trump, persiguiendo a la gente pobre, a inmigrantes indocumentados y documentados, al feminismo, a integrantes de LGTBIQ+.

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Imagino tilingos lloriqueos ante la victoria electoral de Daniel Pereira Mujica de Yo Creo, electo como el nuevo intendente de Ciudad del Este, completando el periodo de Miguel Prieto. Es la demostración de que la conciencia ciudadana de Ciudad del Este pudo vencer a la corrupción y a la claque política que se siente propietaria del país.

También percibo la bronca ante la victoria electoral del inmigrante musulmán, social demócrata Zohran Mamdani de 34 años, electo nuevo alcalde de Nueva York, centro épico del capitalismo. La duda reconoce que el mapa se puede remodelar en pleno viaje si existe la valentía de recalcular la ruta.

carlafabri@abc.com.py