Alerta Cigarrillo electrónico: ¿dañino y adictivo?

El Dr. Juan Carlos Sisul, en charla con ABC Revista, afirmó que los cigarrillos electrónicos no son menos dañinos que los convencionales. Este “nuevo hábito” igualmente provoca alteraciones en los pulmones a corto plazo.

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Cuando por razones de salud una persona debe abandonar el hábito de fumar, debe hacerlo en forma definitiva y no cambiar un hábito por otro, expresó el Dr. Sisul. “Cuando uno continúa con la costumbre, la adicción sigue firme. Si las vías respiratorias ya están sensibles, lo que hacemos es lastimar todavía más, porque no es solo vapor de agua lo que se aspira, sino también químicos a través de los aromatizantes o la misma nicotina que se le agrega para compensar la adicción a los cigarrillos convencionales”, explica Sisul.

El aumento de personas que recurren a esta “nueva alternativa” como método para abandonar o sustituir el cigarrillo preocupa al Dr. Sisul. A su criterio, no es recomendable, porque existen estudios que afirman que es causante de cáncer. “Si bien tiene la ventaja de que no produce cenizas y el humo huele menos que el cigarrillo, los inconvenientes están y finalmente no pasa de ser otra adicción más”, afirmó.

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) advirtió que los cigarrillos electrónicos pueden causar cambios en los pulmones a corto plazo, muy parecidos a los causados por los cigarrillos normales, que provocan cáncer. Separ, en un comunicado, señaló que los llamados “e-cigarrillos”, que últimamente están ganando popularidad como método para dejar de fumar, contienen sustancias idénticas a las que lleva el cigarrillo convencional y que sus efectos a largo plazo son desconocidos, por lo que son potencialmente cancerígenos.

Sin embargo, un estudio realizado por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) encontró sustancias que causan cáncer en la mitad de las muestras de los cigarrillos electrónicos sometidos a prueba. También se encontraron otras impurezas, incluyendo una muestra con dietilenglicol (éter de glicol), una sustancia tóxica que se encuentra en el anticongelante de los automóviles.

La revista American Journal of Preventive Medicine también se ocupó del tema y reveló que, en Reino Unido, Australia, Canadá y en los Estados Unidos, los jóvenes son los mayores consumidores y los que tienen mejores conocimientos sobre los cigarrillos electrónicos. El 79,8 % de los encuestados dijeron que utilizaban el e-cigarrillo porque lo consideraban menos perjudicial que los cigarrillos tradicionales y el 85,1 % informó que lo utilizaba para el abandono del hábito.

En nuestro país puede notarse también esta realidad. Muchos adolescentes recurren a estos cigarrillos en su afán de sentirse más varoniles y porque creen que no tiene efectos nocivos. “Son iniciadores del hábito de fumar, de esto pasan a los cigarrillos comunes y luego pueden pasar a otras adicciones”, dice el Dr. Sisul al referirse a esta realidad. “Los adolescentes están aprendiendo a inhalar e inconcientemente están tomando el hábito. Fumar estos cigarrillos requiere una fuerte aspiración, por lo que los usuarios diarios pueden realizar un promedio de 120 a 150 inhalaciones durante meses y años”, afirmó.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también advirtió sobre las dificultades en la regulación de los cigarrillos electrónicos, ya que se pueden quedar fuera del ámbito de los regímenes legales internos de los productos del tabaco y recomendó que sean ajustados como medicamentos siempre que contengan nicotina.

En Paraguay no existe ningún tipo de regulación para la venta de este producto, aunque hay datos que confirman que ya fueron prohibidos en otros países como Australia y Canadá, siempre atendiendo a las informaciones vertidas desde la Separ.

Una breve encuesta en personas con este hábito indicó que algunos utilizan el cigarrillo electrónico porque consideraban menos perjudicial que los cigarrillos tradicionales. Otros afirmaron que recurrían como ayuda para reducir el consumo del tabaco, mientras que otros tantos para abandonar el hábito.

De esta forma se puede asegurar que el cigarrillo electrónico no es tan inofensivo como parece. No hay que considerarlo un juego, no es tan lúdico ni totalmente sano. Además, como no está contemplado en la Ley del Tabaco, existe un vacío legal en torno a este “cigarrillo”.

 ndure@abc.com.py 

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