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El auditorio estaba expectante desde hace varios minutos antes del inicio. El lanzamiento oficial de La Partida, primera entrega de la trilogía Dinodinaseries de Jorge Sáenz, se saldría de los moldes. Ocho delegados del primer al sexto grado fueron electos para integrar la mesa y eran los encargados de preguntar.
Jorge, con camisa gris y pendiente de todos los detalles, no sabía lo que le esperaba, por lo tanto, sus nervios eran evidentes. Él que suele comprarse al entrevistador con charlas desde el inicio de la entrevista y tener casi preparadas sus respuestas para las típicas preguntas, esta vez estaba siendo pillado sin defensas.
Tras una breve presentación de directivos de la escuela, un pequeño de unos siete años con las manos temblorosas, pero la voz firme lanzó: “¿Jorge, qué cámara usaste para sacar las fotos?”. Sáenz explicó que todas las fotografías de la serie –que arrancó de manera casual hace varios años, cuando su pequeño hijo Emiliano dejó un dinosaurio de juguete en suelo– las hace con un teléfono celular. Es fotógrafo con casi cuatro décadas de experiencia, pero no necesitó ninguno de esos rimbombantes equipos para hacer estas tomas. Señaló que con los avances tecnológicos no se necesita mucho para experimentar en el campo de la fotografía.
La platea, compuesta por más de 100 alumnos, volcaba toda su atención a cada pregunta y todos aguardaban ansiosos cada respuesta. Jorge, el hombre que había fotografiado a los dinosaurios, no defraudaba; metía bromas, pero no desaprovechaba ninguna pregunta e, incluso, ampliaba sus respuestas para explicar lo que consideraba necesario agregar.
Los panelistas pronto tomaron confianza, habían asistido preparados con las preguntas que seleccionaron en clase y las leían cada vez con mayor confianza. “¿Por qué algunos de los dinosaurios son bebés?”, se escuchó decir, a lo que Jorge, con un tono que denotaba ternura, respondió: “Porque los dinosaurios también tenían hijos y no todos eran grandes; además, había dinosaurios pequeños”, y su respuesta arrancó risas e iluminó el rostro de los chicos. Igualmente, explicó que en las fotos buscaba un juego de perspectiva para que las dimensiones parecieran reales. Les enseñó que esto se logra acercando lo máximo posible los dinosaurios a la cámara y cuidando el fondo.
“¿Por qué el libro solo tiene preguntas?”, dijo una de las niñas más tarde. “Porque el objetivo es que ustedes piensen, se adueñen del libro y puedan crear su propia historia, inspirados en cada foto. Por eso el diseño deja un amplio espacio en blanco, para motivar la creatividad de ustedes”, señaló el autor. “¿Por qué está escrito en tantos idiomas?”. “La idea es que estos dinosaurios lleguen a las aulas de todo el mundo, en muchos países, por eso está escrito en español, inglés, japonés, portugués y francés. Para que la gente de esos países pueda leer también las preguntas”.
Sáenz nació en Argentina, pero vive en el Paraguay hace varias décadas, así que, según sus propias palabras, se siente un paraguayo más. En su carrera como reportero gráfico publicó más de 10 libros, y es uno de los creadores de El Ojo Salvaje, mes de la fotografía en el Paraguay. Dinodinaseries tiene además una versión digital con un espacio en el que los niños podrán subir sus propias fotografías y relatos basados en las fotos del libro o dibujos.
“¿Cómo desaparecieron?”, “¿cómo sabés que estuvieron en Asunción?”, las preguntas no paraban y una de las últimas fue: “¿Cuál es el mayor sueño de tu vida?”, a la que Jorge, suspirando, respondió: “Esto va a sonar a concurso de belleza, pero yo sueño con la paz mundial”.
Interés educativo
Olinda Ruiz es sicóloga educacional y trabajó como asesora de Sáenz en este libro. Ella explica que la educación en el Paraguay está pasando por una etapa decisiva, porque llega la inclusión, pero todavía es un paradigma, porque los planes educativos no están pensados para la diversidad de los niños, así que los materiales ya no responden a las necesidades. Dijo que la teoría de la indagación con la que se trabajó en este tomo comulga con los requerimientos del Ministerio de Educación, por lo que fue declarado de interés educativo. Por el momento, se utiliza en siete colegios, pero se prevé que en octubre pueda llegar a más instituciones en todo el país.
Fotos: Gentileza Dinodinaseries/Juana Barreto Yampey.