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“Pasá pues y sentate, pero en este sillón no, este es mío”, dice Juanpi, con su típica sonrisa y franqueza, al empezar la entrevista en su taller del barrio Trinidad de Asunción. Todo cobra sentido en minutos: ese es “su” lugar, en el que hace poco más de tres meses pasa más tiempo que nunca. Es ahí donde crea sus nuevas obras, algo así como una obsesión: joyas o indumentarias escultóricas.
Es que este nuevo reto es muy especial para el artista. Es una de esas “espinas” o metas que tenía para su carrera. Sigue teniendo muchas, como realizar animación o una exposición de fotografía, pero con las joyas tiene un romance que empezó cuando estaba en la Facultad de Arquitectura.
“Para mí, es muy emocionante, porque cuando recién empecé la Facultad de Arquitectura, también, empecé a hacer aros y collares, lo cual me permitió viajar por varias ciudades costeras de Brasil y Uruguay. También vendía en ferias de mi facultad. Después, le di un corte cuando empecé a hacer exposiciones individuales de pintura y escultura; fue como una autocensura. Ahora retomé, porque también comencé a encontrarle el gusto a lo que genera hacer algo que la gente lleva puesto”.
Su mamá, Gloria Miranda, recuerda muy bien esa época. “Se fue de vacaciones por 15 días y vino en dos meses. Una de las veces que me llamó, me dijo que no me preocupe, porque él podía hacer cosas para vender y que no le faltaba nada”, dice con el alivio de una madre cómplice.
Cuando volvió, se metió de lleno en la carrera universitaria y la escultura. Una carrera de “artista serio”, pero, en realidad, la sensación de ver andar a alguien con una obra suya en el cuerpo, valiéndose de este objeto para reflejar su identidad, no lo abandonó. “Siempre tuve la idea de sacar algo en oro o plata, como lo que usualmente se ve más como joya, pero la joyería actual, la contemporánea, ya no se basa en el material empleado, sino en la pieza que uno crea. Eso me gustó porque puedo jugar con bronce, con un detalle de plata y, si le agrego algo de acero, tiene un valor mucho más especial”.
Desde hace décadas, Juanpi se enfoca en las obras públicas. A pesar de toda la burocracia que implica, para él, lo principal es que el arte esté cerca de la gente. “El arte en sí uno trata de hacer para toda la gente, pero no tiene esa llegada, ese impacto. Si bien realizo obras de carácter público y eso queda para la gente, en el caso de las joyas, uno hace esculturas en pequeño formato que las personas pueden llevar y lucir adonde sea que vayan”.
Dedicarse a las joyas es un recreo en su ajetreada vida: “Me genera mucha pasión, porque llega un punto en el cual puedo estar desarrollando al máximo la obra, completamente en todo el proceso. En cambio, cuando se trata de la escultura en gran formato, tengo la suerte de contar con un equipo excelente, pero en cierto momento me tengo que remitir a dirigir y no puedo estar con la obra al 100 %”.
En el taller, en el que trabaja con el apoyo –entre otros– de su sobrina Pamela Pistilli, hace tres meses se iniciaron las labores en las distintas líneas, de manera continuada. “Primero, estaba haciendo una sola línea, pero ahora hay para varias. Queremos hacer un lanzamiento y, desde que nos pusimos esta meta, me estimulo más todavía para enfocarme en esto. Este trabajo me sirve para poder emplear la experiencia que ya tuve con distintos materiales o varias cosas que siempre probé en cartón y guardaba, como maquetitas. Ahora todo sale muy fluido y nos estamos dejando llevar por este gusto de generar un impacto con lo que hacemos. Pero, sobre todo, viendo como esculturas en pequeños formatos”, resalta.
Proceso creativo
“Dentro de lo informal que puedo ser en muchos aspectos, soy muy formal en el trabajo; entonces, tengo un horario que me fijé: estoy activo de 8:00 a 18:00, prácticamente, de manera continuada. Durante ese tiempo, mientras estoy haciendo pinturas y esculturas con mi equipo de trabajo, también tengo tiempo de hacer maquetitas y diseños con cartón, que es un material con el que juego mucho, porque voy visualizando las formas que quiero hacer y me permite tener solucionado lo que pasaría después al metal, cuero o material que utilizaré”, refiere. Una de las líneas que prepara es la de origami en metal. “Son figuras de metal plegadas que las tengo muy adquiridas, porque ya había hecho exposiciones en el Centro Paraguayo Japonés y otros lugares, así que voy adaptándolas al cuerpo, y cuidando los detalles para que sean usables y garantizar que el metal no lastime a nadie”.
“Siempre que sea un proyecto que me agrade, trato de desarrollarlo de la mejor manera y ponerle un toque personal. Estoy muy entusiasmado con esto y todo el tiempo estoy pensando qué más hacer, como jugar con los materiales y poder crear”, dice mientras usa el apoyabrazos de su sillón para seguir martillando el ala de una mariposa que pronto será un aro.
Créditos: Modelo: Pamela Pistilli. Maquillaje: Noemí Argüello para Rommy Femenino/Masculino (casa central). Peinado: Sonia Argüello para Rommy Femenino/Masculino (casa central). Prendas: Zarek (Charles de Gaulle esq. Alberto Souza). Producción y estilismo: Lourdes Franco Galli (@lourdesfrancogalli).
Fotos: ABC Color/Javier Cristaldo/Silvio Rojas.