Lady Di, 20 años con la duda

En el vigésimo aniversario del fallecimiento de la princesa Diana, nuevos detalles sobre el fatídico accidente y posterior funeral traen de vuelta al ojo del huracán a una de las figuras más recordadas de la realeza británica.

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Cuando el 31 de agosto de 1997, Diana Frances Spencer, más conocida como Lady Di, falleció en un accidente de coche, el mundo entero se conmocionó. Antes de ese trágico acontecimiento, Diana siempre había estado en el foco mediático: su matrimonio con el príncipe Carlos de Inglaterra y el posterior divorcio, sus idas y venidas con amantes varios, sus problemas personales y presuntos intentos de suicidio… Todo en torno a su figura, unido a su obra y carisma hicieron de su vida una cuestión pública.

Un mito que no fue enterrado con ella, sino que creció, ensalzando a la persona de Lady Di. Desde entonces, los misterios y rumores en torno a su defunción y funeral han mantenido vivo el recuerdo de una princesa sobre la que, 20 años después de habernos dejado, siguen arrojándose nuevas informaciones.

Lady Di conoció al príncipe Carlos de Gales en el verano de 1965, en el Palacio de Sandringham, pero no fue hasta que la joven tuvo 19 años que el idilio entre ambos comenzó en el Palacio de Balmoral. Carlos era 13 años mayor que Diana.

La pareja contrajo matrimonio en la catedral de San Pablo, Londres, el 29 de julio de 1981. Curiosamente, era la primera mujer inglesa en contraer matrimonio con el heredero al trono británico en 300 años.

Aunque la princesa de Gales se convirtió en todo un icono para la sociedad británica, que la imitaba en moda y estética, y la mantenía siempre en el foco mediático, tiempo después se descubrió que su idílico matrimonio no fue tal.

Mito para la eternidad

Cuando en su funeral, Isabel II dijo que “nadie que haya conocido a Diana la olvidará jamás”, se la tildó de fría. Ahora, 20 años después, una carta de la monarca en la que habla sobre el trágico suceso ha sido subastada y algunas de sus líneas rezan lo siguiente: “Las emociones todavía están mezcladas, pero todos hemos pasado por una experiencia muy mala”.

El paso del tiempo no ha enterrado el recuerdo de Diana junto a ella, y los rumores y misterios en torno a su muerte todavía siguen generando expectación. 

En mayo de este mismo año vio la luz el libro Qui a tué Lady Di? (¿Quién mató a Lady Di?), escrito por los franceses Jean-Michel Caradec’h, Pascal Rostain y Bruno Mouron.

Entre otros detalles, el libro desvela datos sobre el coche que sufrió el accidente, propiedad del Hotel Ritz, en el que la princesa se hospedaba en París, que ya había sufrido otro accidente meses antes, en el que había dado varias vueltas de campana.

Dicho accidente no fue el único, según desveló el dueño original del vehículo, un Mercedes S280, a los autores del libro, explicando que más de dos años antes, en enero de 1995, el vehículo fue robado y tuvo otro accidente, también con vueltas de campana.

El seguro calificó como “siniestro total” el automóvil, pero poco después se autorizó su reparación y venta.

Una información que se respalda con lo que Karim Kazi, exchofer del hotel, reveló en un documental. “Teníamos miedo de usarlo a cualquier velocidad. Le dije a mi jefe que teníamos que venderlo”, confesó haber dicho a su superior meses antes del accidente.

Otro libro, Diana. Réquiem por una mentira, de la periodista española Concha Calleja, sostiene la teoría de que el príncipe Guillermo sabía que Diana fue incinerada y enterrada con los Spencer en la iglesia Santa María la Virgen, y que el féretro iba vacío en el funeral, en lugar de haber sido sepultada en la mansión familiar de Althorp.

“Acompañaban una caja de madera sin restos porque Diana ya estaba enterrada en la cripta familiar de su padre. Puro escaparate. Y un insulto para los que la amaban”, dijo la escritora en una entrevista para el diario digital español El Confidencial.

Según Calleja, los hijos de Lady Di, Guillermo y Harry, así como la esposa del primero, Kate Middleton, saben la verdad. “La prueba más contundente es que visitaron la iglesia Santa María la Virgen un día antes de su boda”.

La autora del libro profundiza en su entrevista con el medio y, en la misma línea que los escritores de Qui a tué Lady Di?, teoriza sobre el asesinato: “Diana era incómoda en Inglaterra”, y asegura que “nadie se cree que el conductor que llevaba el coche, al que le acababan de dar el carné de piloto de vuelo, fuera un alcohólico que estrelló el vehículo”.

Pero Calleja va más allá y cita las que, según ella, fueron las palabras de Diana a Mohamed Al Fayed, el rico empresario padre de Dodi, aquel último verano: “Si me ocurre algo, no tengas la menor duda de que ha sido el duque de Edimburgo”.

Esta suposición parece ir en consonancia con lo que la biógrafa real Ingrid Seward desveló en el festival literario de Henley (al oeste de Londres), que tuvo lugar en setiembre de 2016: “En el funeral, el príncipe Carlos estaba extremadamente nervioso porque era el enemigo número uno. Él pensó: ‘Si alguien saca un arma y me dispara, eso es todo’”.

Para Calleja, “Diana hacía sombra a cualquiera de la casa real”. Hoy, 20 años después de su muerte, todas esas sombras que rodearon de enigmas a Lady Di parecen destaparse un poco más y arrojar algo de luz en torno a su eterno misterio.

EFE/REPORTAJES

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