Legado de un genio

El creador de Brasilia y de decenas de obras en Brasil y el mundo, todas con su sello característico de estructuras de líneas sinuosas como curvas femeninas, el arquitecto Oscar Niemeyer, falleció el 5 pasado en Río de Janeiro, diez días antes de cumplir 105 años.

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Oscar Ribeiro de Almeida, más conocido como Oscar Niemeyer (Niemayer era el apellido de su abuelo materno), nació en Río de Janeiro, en el barrio carioca de Laranjeiras el 15 de diciembre de 1907, en el seno de una familia acomodada y religiosa, de origen alemán, portugués y árabe.

Uno de los mayores genios de la arquitectura moderna, Niemeyer diseñó más de 600 proyectos alrededor del mundo en más de 70 años de carrera; entre ellos, en 1960, junto al urbanista Lucio Costa y al paisajista Roberto Burle Marx, ideó la nueva capital del país, Brasilia, con formato de pájaro en vuelo y edificios futuristas de líneas sinuosas como curvas femeninas, de cemento armado, que se transformaron en íconos de Brasil.

Extrañamente este genio ingresó tarde, a los 21 años, incluso estando ya casado con Anita Baldo, su compañera por 75 años, a la Facultad de Arquitectura.

Su extensa y fructífera carrera incluye desde realizaciones en Brasil hasta los más distantes puntos del globo, que incluyen la creación de la nueva capital del país, Brasilia, pasando por el Camino Niemeyer (Catedral Católica, Templo Bautista, Teatro, Anfiteatro, Capilla), en Niteroi, Río de Janeiro, Brasil, hasta sus más recientes trabajos, entre ellos la Universidad de Ciencias e Informática, La Habana, Cuba.

Más revolucionario en su ideología que en sus diseños, Niemeyer se empeñó en plasmar su fe en el comunismo en muchas de sus obras por todo el mundo, en el afán de contribuir a la construcción de una sociedad más justa.

Inmortalizó su impronta comunista sutilmente en obras como la iglesia de la Pampulha, de la ciudad de Belo Horizonte, cuyas sinuosas curvas recuerdan a una hoz y un martillo, lo que llevó al Episcopado a desconfiar y a retrasar la consagración del templo una década.

Aun más osado, se atrevió a imprimir el símbolo socialista en el mausoleo del expresidente brasileño Juscelino Kubitschek, que fue construido en Brasilia durante la dictadura militar, lo que le obligó a exiliarse mucho tiempo en París entre 1967 y 1982.

Osado con sus ideas mas no para volar en aviones y disgustado con la evolución de la capital, Niemeyer no participó en abril de 2010 de la fiesta del 50º aniversario de esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que es el símbolo de su genialidad arquitectónica.

“Después de que se inauguró Brasilia, llegaron los hombres del dinero, del capital, y todo cambió. Llegaron la individualidad y la vanidad más detestables y los hábitos cambiaron gradualmente, para adquirir aquellos de la burguesía que reprobamos”, había comentado el arquitecto con motivo del cincuentenario de la capital.

De su genio surgieron los palacios, edificios de Gobierno, la catedral y los principales edificios de esta ciudad que, al igual que el resto de su obra, están marcados por curvas atrevidas y sensuales, además de por compaginar funcionalidad y belleza plástica.

En un documental sobre su vida, el arquitecto afirmó que siempre que le encargan un edificio, intentaba hacerlo “bonito, diferente y que genere sorpresa”, para que los pobres puedan disfrutar de su arte, a diferencia de otras disciplinas a las que no tienen acceso.

Niemeyer fue pionero en el uso del cemento armado como un elemento dúctil con funcionalidad artística. En 1947, el profesional fue uno de los invitados a formar parte de la comisión de arquitectos que diseñó la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, liderada por Le Corbusier, su mentor.

A partir de ese proyecto, Niemeyer siempre exploró una arquitectura libre que huía del excesivo racionalismo y reveló su gusto por las curvas, con las que ha buscado reflejar el perfil femenino y romper con todo tipo de convencionalismos.

El hombre

Se casó a los 21 años con Anita Baldo, en una unión que duraría 75 años. Con ella, tuvo a su única hija, Ana María, quien le daría cinco nietos y 13 bisnietos.

En 2004, enviudó y dos años después y con 98 años de edad, se casó de nuevo, a escondidas de su familia, con Vera Lucia Cabreira, 40 años más joven que él y quien fue su secretaria durante décadas.

Vera Lucia fue su compañera y más celosa protectora en estos últimos años de su vida, en los que se sucedieron los premios y reconocimientos, sin que parasen de llegar pedidos de forma incesante a su taller en Río de Janeiro.

A pesar de que en los últimos tiempos sus problemas de salud le impedían trabajar como estaba acostumbrado, el infatigable Niemeyer participó casi hasta el final de sus días en diversos proyectos y, en vísperas del carnaval del año pasado, en una de sus últimas apariciones públicas, visitó el sambódromo de Río de Janeiro, otra de sus creaciones, para ver las obras de ampliación del recinto.

Hasta su internación, Niemeyer siguió trabajando en su atelier de grandes ventanales curvados, frente a la famosa playa de Copacabana. Dejó una veintena de obras en curso en varios países.

Oscar Niemeyer, el genio de la arquitectura moderna, que diseñó los principales edificios de la futurista capital brasileña y dejó un legado mundial de diseño, murió el miércoles 5 de diciembre a los 104 años de edad a causa de una infección respiratoria, en el Hospital Samaritano, adonde había ingresado hacía 22 días.

La desaparición de Niemeyer, que enlutó no solo a Brasil sino a los que admiraban su obra, es tan solo física, ya que dejó su marca indeleble en todo el mundo con estructuras fascinantes, que constituyen su visión de la belleza exuberante de naturaleza de su alegre tierra y de su gente. Su ejemplo de vida y trabajo deja a los más jóvenes una importante lección: no importa cuánto vivamos, con creatividad y trabajo la juventud puede durar más de cien años.

Obras destacadas

1972: Casa de la Cultura, Le Havre, Francia.

1972: Centro de negocios, Miami, EE.UU.

1973: Barrio de Athayde, Rio de Janeiro, Brasil.

1973: Centro Comercial, Miami, EE.UU.

1974: Ministerio de Justicia, Argel, Argelia.

1978: Proyecto urbanización Vincenza, Italia.

1980: Centro administrativo, Pernambuco, Brasil.

1982: Monumento a Juscelino Kubitschek, Brasilia, Brasil.

1983: Passarela del Samba-Sambódromo, Rio de Janeiro, Brasil.

1983-1986: Escuelas prefabricadas, Rio de Janeiro, Brasil.

1985: Pantano en la Patria, Brasilia, Brasil.

1987: Memorial de América Latina, San Pablo, Brasil.

1991: Museo de Arte Contemporáneo, Niteroi, Rio de Janeiro, Brasil.

1994: Museo del Hombre y del Universo, Río de Janeiro, Brasil.

1997: Camino Niemeyer (Catedral Católica, Templo Bautista, Teatro, Anfiteatro, Capilla), Niteroi, Río de Janeiro, Brasil.

2000: Sede Unión Nacional de los Estudiantes (UNE), Rio de Janeiro, Brasil.

2000: Auditorio Ravello, Italia; y Acque City Palace. Moscú, Rusia.

2003: Pabellón Serpentine Gallery, Londres, Inglaterra.

2004: Embajada de Brasil en Cuba (2º proyecto), La Habana, Cuba-2006: Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, Asturias, España.

2006: Auditorio del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), Guarema, San Pablo, Brasil.

2007: Centro Cultural en Valparaíso, Valparaíso, Chile.

2007: Monumento Simón Bolívar, Caracas, Venezuela.

2008: Universidad de Ciencias e Informática, La Habana, Cuba.

Galardones

A lo largo de su amplia trayectoria recibió múltiples galardones; entre ellos, recibió en 1988 el premio Pritzker, el mayor reconocimiento en el mundo de la arquitectura (el equivalente al Nóbel en arquitectura); el Lenin de la Paz (1963), el Príncipe de Asturias (1989); el León de Oro de la Bienal de Venecia (1996); el Unesco de la Cultura (2001), y la Orden de las Artes y las Letras del Gobierno de España (2009).

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