Monserrat, en ascenso

La tenista paraguaya Montserrat González continúa ascendiendo peldaños en el panorama tenístico nacional e internacional. Recientemente, se coronó vicecampeona en un certamen profesional realizado en São Paulo, Brasil.

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Monserrat nació con una raqueta en la mano. Viene de una familia apasionada por este deporte. De sus padres y otros familiares heredó esta tendencia. Pero no se trata de una afición. Desde los cuatro años comenzó a practicar regularmente. “Cuando chica era muy hiperactiva, así que les recomendaron a mis padres que realice alguna actividad, y me cuentan que con mucha seguridad elegí el tenis, quizás ya por la familiaridad con este deporte”, recuerda Monserrat.

Viniendo de una familia de tenistas, esto era algo de esperar. No tardaron en aparecer los campeonatos nacionales y, con ellos, los triunfos y las medallas, alcanzando siempre las primeras posiciones en todas las categorías. A los 11 años ya estaba viajando por varios países: Brasil, Chile, Argentina, solo por citar algunos.

Detrás de estos logros aparecieron algunos sacrificios. Ya cuando tenía claro dedicarse al tenis por completo, tuvo que tomar una decisión muy difícil: dejar la instrucción presencial en el colegio Corazón de María, luego en Milenio, para estudiar a distancia o en forma libre y disponer la mayor parte de su tiempo al entrenamiento.

“A los 15 años tuve que dejar el colegio y estudiar en forma libre. Fue difícil dejar los amigos, los compañeros, pero lo que empezó como un hobby terminó con la decisión de dedicarle más tiempo y probar suerte”, afirma Montse. Hoy entrena desde las 9:00 hasta las 12:00, se toma un descanso de dos horas para luego retomar la práctica desde las 14:00 hasta las 17:00, de lunes a viernes. Después de esta hora va “al físico” hasta las 20:00. Ella está empeñada en que el tenis sea algo más que un deporte y se convierta en una forma de vida. Para ello es que, junto a su entrenador, realiza innumerables esfuerzos. “Es un deporte muy complejo en el que el 100 % depende de mí; no importan los días malos que una pueda tener o una cancha en no muy buenas condiciones, hay que superar las adversidades y sacar el mejor tenis. Trato de disfrutar al máximo cuando estoy en el terreno de juego, mantener un espíritu optimista y apuntar siempre a la victoria”, afirma la joven.

Esa motivación juega un papel esencial en su carrera. “Esforzarse sin esfuerzo”; es decir, hace las cosas bien, con tanto gusto, que parece que no se esfuerza. “Eso pasa cuando uno ama lo que elige para surgir en la vida”.

Sus años con el tenis resume así: “Con 18 años ya llevo varios torneos participados, siempre con muy buenos resultados, con triunfos holgados, pero un juego que me marcó fue el Wimbledon en el año 2011. Me tocó competir contra una francesa rankeada muy bien profesionalmente. Lastimosamente, no pudo ser; era un cuarto de final que perdí 8-6 en tercer set, justo en el día de mi cumpleaños, y la verdad es que me quedé con esa espina. Fue un partido difícil y en ese momento estaba rankeada n.º 5 en el mundo, en la categoría junior. Los demás años también fueron de mucha experiencia, de adentrarme cada vez más en el mundo del tenis; estoy sintiendo, viendo cómo funciona, y veo muy positivo todo... Son muchas semanas fuera de casa, muchos partidos, buenos y malos momentos, pero sigo avanzando; es lo que me gusta y adonde apunta mi objetivo”.

De hecho, las criticas fueron muy favorables: “Registró un excelente arranque en singles y dobles”, “Volvió a triunfar”, “Sigue avanzando con contundentes triunfos”, “Excelente momento de Montse”. Y es así. En este reciente torneo que la ubicó como vicecampeona, primero doblegó a la brasileña Giovanna Tomita, procedente del quali, por 6-3, 6-2, en singles; en dobles, en compañía de la mexicana Ana Sofía Sánchez, Montse se impuso de entrada a la dupla constituida por las brasileñas Natasha Lotuffo y Roxane Vaisemberg por 3-6, 6-4, 10-4, y pasó a semifinal tras batir a la norteamericana Julia Browne y la brasileña Alory Pereira por 6-4, 6-2.

Y claro que tiene referentes en este juego. Sigue muy de cerca a Rafael Nadal y en su momento a Rossana de los Ríos, Víctor Pecci, Ramón Delgado, Larissa Schaerer, quien en alguna ocasión también fue su entrenadora. “Son nuestros ídolos máximos y estoy muy orgullosa de todos ellos”.

Con relación a los torneos, expresa que también debe ser selectiva. “Voy viendo lo que más me conviene para ir escalando, posicionarme. Los más duros son los torneos de Europa, por la distancia, el clima y otros factores. Viajo sola o con mi entrenador, o en compañía de otros instructores; siempre fue así, lo cual me ayudó bastante en la personalidad por las decisiones que una debe ir tomando a medida que surgen contratiempos. Aprendí a manejarme sola, a lidiar con pasajes, aeropuertos, hoteles y enfrentar la presión de los partidos. Es más, viví sola en el Brasil durante un año y muy bien, hasta ahora todo bien... pero se extraña la familia, claro”.

De su habilidad comenta que hace hincapié en la velocidad, en la intensidad del juego y la agresividad con que encara. “El estilo ahora es ataque; mi arma letal es la derecha”, expresa riendo. Sobre el ránking dice: “Estoy dando pasos bastante meritorios y grandes. Voy por buen camino”. En relación a sus miras para este año, cuenta que hay muchos torneos en puerta y seguir hasta llegar a ser la número uno. Sobre el tema de ayudas económicas, revela que cuenta con el apoyo del señor Ricardo Doria y su esposa; del Comité Olímpico; es también atleta de Nike Internacional; elige la raqueta Dunlop, tanto para los entrenamientos como para las competencias. “Aprovecho para solicitar mayor apoyo a todos los deportistas en las diferentes disciplinas. Hay mucho talento en el país que muchas veces se desperdicia porque solo cuentan con el apoyo de los padres y estos tampoco pueden solventar los gastos que conllevan los viajes, desplazarse a muchos lugares. Necesitamos ayuda económica; sabemos que el deporte es secundario, pero en nuestro caso es un trabajo que cuesta mucho”.

Finalmente, Montserrat González Benítez reconoce que la apuesta vale la pena. “Estoy muy contenta, hago lo que me gusta, tengo la suerte de poder hacerlo, mis padres me apoyan y alientan, y esto no tiene precio. Confío en que todo me va a ir bien y voy a llegar muy lejos”. Apostando de esta manera al logro de su meta, que es triunfar en el tenis profesional y darle alegrías deportivas al país, con seguridad así será.

ndure@abc.com.py 

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