Un buceador del pasado

El reconocido historiador Felipe Pigna participará, el viernes 24, de la primera Feria Internacional del Libro, que se desarrollará del 23 de abril al 3 de mayo, en el Centro de Convenciones Mariscal López.

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De niño le gustaba la historia universal. Fanático de Egipto, quería ser arqueólogo. En la secundaria empezó a interesarse en la historia argentina. Hoy, Felipe Pigna es uno de los historiadores más conocidos de su país, recordado coprotagonista del programa documental Algo habrán hecho (por la historia argentina).

En las dos primeras temporadas, en los años 2005 y 2006, emitidas por el canal argentino Telefe, Pigna recorrió la historia argentina junto con el conductor Mario Pergolini. En el segundo capítulo, de la segunda temporada, se abordó el período 1852-1896, titulado “Los apóstoles del libre comercio”, en el cual incluía una investigación acerca de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), con recreaciones ficticias, interpretadas por conocidos actores argentinos, y grabaciones en Asunción.

En ese contexto, Pigna es uno de los invitados a hablar, el viernes 24 de abril, sobre “Los debates en Argentina en la época de la Guerra de la Triple Alianza”, en la primera Feria Internacional del Libro (FIL) —dedicada a los “150 años de la Guerra de la Triple Alianza”—, que se desarrollará del 23 de abril al 3 de mayo, en el Centro de Convenciones Mariscal López, organizada por la Cámara del Libro Asunción Paraguay (CLAP).

En una entrevista vía correo electrónico, Felipe Pigna, entre otras cosas, contó el motivo de su presentación en la libroferia, además de revelar por qué se interesó en lo que él considera “la Guerra de la Triple Infamia”.

-¿Qué lo incentivó a participar de la Feria Internacional del Libro Asunción 2015?

-Tengo una relación afectiva con el Paraguay desde la historia, y la temática de la misma me pareció sumamente interesante y enriquecedora.

-¿Siempre le apasionó la historia?

-Sí, desde chico, pero particularmente desde la adolescencia, en la escuela secundaria, allá por los 70, épocas de grandes debates históricos que me motivaron a decidirme por esta profesión.

-Un historiador, ¿es un periodista del pasado, como Heródoto?

-En algún sentido, sí, pero es ante todo un investigador, un buceador en el pasado. Debe ser un analista, no un cronista; alguien que aporte a sus contemporáneos una mirada reflexiva sobre el pasado, teniendo muy en cuenta el contexto nacional e internacional.

-¿Qué lo motivó a mostrar la historia de una manera distinta y en qué momento de su vida quiso por saber la otra cara de la historia?

-Justamente lo que decía antes: el recibir una versión falsa, interesada de la historia; ese relato que siempre excluye al pueblo, a los procesos económicos y sociales; se basa en biografías providenciales y remarca el destino manifiesto de las clases sociales, quiénes nacieron para gobernar y quiénes para obedecer.

-¿A qué historiador tiene como referente?

-Al notable Eric Hobsbawm —uno de los más grandes historiadores del siglo XX—, alguien que unió magistralmente el rigor académico y la capacidad de divulgar.

-¿Cómo se inició su interés en la Guerra de la Triple Alianza?

-En la secundaria, gracias a una excelente profesora que nos contó la verdadera historia de aquella nefasta guerra.

-Usted es uno de los pocos historiadores argentinos que hacen oír la otra campana de la historia de esta guerra, especialmente en lo que se refiere a nuestro país. ¿Por qué?

-Creo que la historia también nos brinda la posibilidad de hacer una especie de justicia retroactiva, de modificar versiones falsas instaladas, aparentemente inamovibles. Esta guerra, de la “Triple Infamia” —como decía nuestro querido Juan Bautista Alberdi—, fue una verdadera canallada, un enfrentamiento fratricida a la que muchos paisanos argentinos reclutados tuvieron que ser llevados al frente, y provocó rebeliones como las del montonero Felipe Varela, quien promovió el apoyo al Paraguay y repudió la actitud del Gobierno de Mitre y sus aliados.

-También desmitifica a Solano López. ¿Qué lo hizo llegar a esa conclusión?

-Es muy interesante leer la carta que le manda Mitre poco antes de la guerra, en la que lo llena de elogios y lo compara con Leopoldo de Bélgica. Es decir, hasta ellos reconocen este ímpetu del Paraguay, esa pujanza industrial, ese desarrollo autónomo impulsado por los López.

-¿La historia la escriben siempre los ganadores?

-Por lo menos, la primera versión; siempre, afortunadamente, surge la versión de los vencidos.

-Muchos consideran que esa guerra era inevitable por “el mal ejemplo” que constituía el Paraguay para América del Sur. A la distancia, ¿usted considera lo mismo?

-Absolutamente. Para los promotores del modelo liberal, en estrecha alianza con Gran Bretaña, el modelo autonómico del Paraguay era un mal ejemplo que podía inducir a los caudillos del interior, y a los rebeldes uruguayos y brasileños, a luchar contra ese modelo absolutamente impopular que impusieron a sangre y fuego.

-¿Qué rescata de los paraguayos con respecto a la Guerra de la Triple Alianza?

-La heroicidad sin límites del pueblo paraguayo, la conmovedora historia de las mujeres y los niños héroes. El luchar hasta el final por la dignidad.

-A su criterio, ¿quiénes serían los personajes más interesantes de la historia paraguaya?

-Sin dudas, Francia y Solano López; cada uno con sus particularidades.

-¿Un historiador siempre es imparcial? ¿Cómo se definiría como historiador?

-Un historiador tiene la obligación intelectual del equilibrio, de no ocultar información o documentos según su conveniencia ideológica. Pero la imparcialidad no existe ni existió nunca. Heródoto, a quien se mencionaba, uno de los padres de la historia, elogiaba o criticaba la civilización egipcia según sus similitudes o diferencias con la griega, usando claramente, como todos los que lo sucederían, la subjetividad.

Agradecimiento: Editorial El Lector.

mpalacios@abc.com.py • Fotos Gentileza.

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