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La planta industrial de la Cooperativa Neuland cuenta con galpones con una capacidad de almacenamiento de 5000 ton. de maní aproximadamente. En dichas áreas se almacena toda la cosecha de los productores y, posterior al análisis de laboratorio, el productor recibe el valor de su producto de acuerdo a la calidad.
“De cada cosecha se toma una muestra de 10.000 kg, para realizar el análisis en laboratorio. Hay cuatro calidades y, de acuerdo a eso, se va almacenando”.
El mercado más exigente, en cuanto a adquisición del maní, es el Japón; en segundo lugar está Europa y le siguen el mercado local y la calidad aceitera. Con respecto al área de cultivo en el Chaco, ello depende mucho de las condiciones climáticas, debido a que la carencia de precipitaciones puede afectar la producción.
TRABAJO EN LABORATORIO
“Cada muestra entra en el laboratorio, se descascara el maní y, de acuerdo a una lista, se determina hasta dónde puede llegar una muestra. Se analiza la presencia de micotoxinas, si el grano es bueno, malo, intermedio y el productor recibe el precio de acuerdo a la calidad. El maní es muy exigente de cultivar y representa casi una artesanía, pero cuando el precio del ganado es bajo, la gente planta más sésamo y maní para compensar los ingresos”.
En Neuland unos 45 productores, aproximadamente, se dedican a cultivar maní. Una vez terminada la cosecha, la materia prima va a la Cooperativa Fernheim, donde pasa nuevamente por laboratorio antes de ir al mercado.
(*) Especialista de la Cooperativa Neuland.