Contaminación del ambiente - Ing. Agr. Fernando Díaz Shenker (*)

La contaminación ambiental representa una amenaza para el bienestar del hombre, los recursos naturales, la biodiversidad, los humedales, y para todo país que aspire a un desarrollo humano, social y económico destacable.

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La creciente población del planeta, que se estima en más de 9000 millones para el 2050, sumada a las tradicionales formas extractivas de producir y el uso desmedido de los recursos naturales, plantea hoy mayores desafíos y necesidades al hombre, que se traducen –por un lado– en avances tecnológicos, biotecnológicos y productivos, pero –por el otro– en una degradación y contaminación ambientales que no conocen de límites.

LA REALIDAD

Lamentablemente, los países menos desarrollados son los que están menos preparados para hacer frente a este reto que hoy compromete a todo el planeta. Por ejemplo, los notorios efectos del cambio climático ya obligan a introducir nuevas variedades (biotecnología) y sistemas de producción agropecuarios, en los que el manejo responsable del agua con sistemas de riego, del suelo con la labranza minina o cero y de los árboles cumple y cumplirá un papel cada vez más importante en la preservación de la vida en el planeta. Pero como no todos los países asumen este desafío, las prácticas agronómicas tradicionales o bien, estas mal manejadas conllevan a presiones cada vez mayores sobre el ambiente, que se acompañan de usos más intensivos de los suelos; de la habilitación de nuevas superficies con fines agropecuarios, a expensas de la deforestación; del uso de agrodefensivos más potentes y tóxicos, ante la adaptabilidad de diferentes plagas y malezas en los cultivos agrícolas, con las consecuencias de amenaza y contaminación a fuentes de agua, humedales y de la naturaleza en su conjunto. De este modo, es la actuación del hombre la responsable de estos cambios que desequilibran el medio y la vida misma de las personas y demás seres del planeta. Una de las consecuencias es la contaminación, que –incluso– afecta a los alimentos que consumimos; en particular, cuando no se cumplen con los protocolos de buenas prácticas agrícolas (BPA), buenas prácticas de manufactura (BPM), en las que la observancia de la trazabilidad es uno de sus componentes clave.

FUENTES DE CONTAMINACIÓN

Son numerosas: los residuos domiciliarios, los desechos sólidos o líquidos de las industrias, los restos de productos detergentes y fertilizantes; la quema de basuras, campos y montes; la deforestación; las aguas negras que, incluso, desembocan en los ríos, arroyos y lagos; los gases, como el monóxido de carbono, que liberan los vehículos, camiones y transportes de pasajeros; la chatarra electrónica, que –de acuerdo a la Organización de Naciones Unidas (ONU)– supone un enorme peligro para la salud y el ambiente, e incluye celulares, cámaras digitales, computadoras, tabletas y demás aparatos electrónicos que acaban cada año en vertederos u otros lugares. El uso de los agrodefensivos o plaguicidas en la actividad agropecuaria supone un factor muy importante en la contaminación ambiental. Los plásticos y sus derivados son un peligro cada vez mayor para el planeta.

CONCLUSIÓN

Los Gobiernos tienen que promover políticas públicas efectivas de producción sostenible en los tres sectores de la economía. Se debe fortalecer la educación ambiental, con el apoyo de iniciativas privadas, participación de la ciudadanía para que se tome conciencia ambiental, y se adopten las conductas y hábitos de uso y consumo responsables y amigables con el medio. Esto ya lo señaló el escritor y filósofo alemán Richard Freiherr von Weizsäcker: “Debemos aprender a querer y cuidar la naturaleza si queremos impedir destruirnos a nosotros mismos”.

(*) Especialista en Comunicación Rural.

 

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