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Los arcos son los protagonistas y ayudan a integrar visualmente los espacios sociales con pequeños desniveles debido que siguen la inclinación propia del terreno.
La madera de lapacho se observa en prácticamente todo el diseño arquitectónico de esta residencia.
Las antigüedades poseen un valor especial para la dueña de casa, quien se encargó de ambientar cada área. Al ingresar se observa un recibidor en el que se ubicaron un perchero, un baúl y una abertura de media luna. A unos pasos se proyectó una pequeña sala que antecede a la principal, en la que se destacan sillones franceses y mobiliarios coloniales.
Los arquitectos Stella Saguier y Julio Masi se encargaron del proyecto de los cambios de esta residencia, y tuvieron en cuenta al hijo adolescente y la visita de los cinco nietos mimados de la casa. Para ellos se crearon dos espacios con toques nuevos, como el estar y el comedor diario.
Las sillas del comedor diario poseen patas cromadas, de diseño italiano, hechas por el Arq. Jorge Jury; se suma la mesa con tapa de vidrio a esta propuesta jovial, así como los numerosos cuadros de artistas nacionales y extranjeros, además de las fotografías familiares que transportan a momentos felices, que los podemos ver en el bar junto a objetos de colección, por ejemplo un teléfono y una lámpara mexicana.
En otro espacio se optó por el azul en las paredes y una mesa ajustable que recibe a los comensales, allí se destaca además un aparador argentino del año 1870.
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