Descanso y floración

Las orquídeas en invierno descansan en su gran mayoría. “No les favorece el frío y hay que estar atentos al viento frío y las heladas”, recuerda Blanca Petersen de Ibarrola, experta en cultivarlas. “Ellas son del trópico y tienen que tener una temperatura que no pase los 25 a 27 grados”, expresa.

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Según explica, “en estos momentos las phalaenopsis o mariposas ya florecen, es el momento de disfrutarlas. No se aconseja tocarlas, mejor dejarlas en su estado natural”.

Otras especies “se están preparando: las dendrobium para el mes de agosto. El clima con el exceso de lluvias nos sacó de todos los esquemas, porque tiene que secarse el material para volver a regarse, lo cual ahora no está ocurriendo. No nos vamos a preocupar de regar nuestras plantas hasta que se seque totalmente el sustrato”. En días de clima seco y cálido solo se hará una aspersión de lluvia para las dendrobium y fertilización para la floración, puede ser con un abono foliar de 20/20/30”.

Un material orgánico aconsejable “para colocar en la maceta es la harina de hueso y expéller de tártago, juntos en una pequeña dosis, lejos de la raíz, para que también absorba”. Un truco casero para que el viento sur no le afecte es “cubrirla con hojas de diarios, sin moverla de lugar. No se moverá la orquídea, pero si ocurre hay que marcar con una tiza su orientación con respecto al sol, para que la planta siga su proceso en función de la luz natural. La planta se va a desorientar si cambiamos su posición, y si tenía pimpollo, no va a florecer”.

Según Blanca, tenemos que “esperar los primeros días de agosto para la multiplicación de las especies como las cattleyas”.

¿Por qué no florecen?

Las orquídeas se demoran en florecer más que nada porque la temperatura debe estar entre 15 y 25 grados.
La luz filtrada del sol es necesaria, por eso les encanta estar debajo de los árboles, abrazadas a sus troncos con poco riego.

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