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Para que no salga el humo afuera, el ducto tiene que tener una buena garganta, “así la corriente de aire no regresa el humo hacia el quincho”.
Existen parrillas de hierro enlozado, con mecanismos que suben y bajan con motor, con una bandeja donde queda la ceniza, y la parte donde está el fuego tiene una tapa protectora, nos cuenta la arquitecta.
“La parrilla puede ser de acero inoxidable y todo el sistema con los pinchos automatizados, que sube y baja con motor”, afirma.
Hay que considerar un lugar para acomodar el carbón y la leña. “Además tiene que tener una canaleta para la grasa”, aconseja.
Algunas medidas importantes a considerar
La Arq. Carolina menciona algunos números como ejemplos: “La profundidad de la parrilla no tendrá más de 70 cm, la altura será de 1,70 m. (sin el ducto) y la boca tendrá 75 cm. La parrilla cuenta con una campana y encima la chimenea que medirá 60 x 25 cm con las superficies bien revocadas”.
La chimenea será “un metro superior a la parte más alta de la casa. Arriba se coloca un techito con chapa o tejuelones para que no ingrese la lluvia”, culmina.