Aunque la leche de vaca es la más común, representando el 85% de la producción mundial, también se consume la leche de cabra, oveja, búfala y burra.
De hecho, el queso más caro del mundo, llamado “Pule”, se elabora con leche de burra en Serbia.
Su composición es sorprendente. Aproximadamente el 87% de la leche es agua.
El 13% restante contiene una compleja mezcla de proteínas, como la caseína, responsable de su color blanco, grasas, lactosa (azúcar de la leche, vitaminas A y D.
La leche contiene más de 20 nutrientes esenciales, incluyendo proteínas de alta calidad, calcio, fósforo, vitamina B12, riboflavina y potasio. Por eso se la considera un “alimento completo”,
¿Por qué es blanca? La leche es blanca debido a las micelas de caseína y los glóbulos de grasa que se encuentran en suspensión.
Estas partículas dispersan y reflejan todas las longitudes de onda de la luz visible, lo que hace que la veamos de color blanco.
La caseína, una proteína presente en la leche, es muy efectiva para neutralizar el picante de los alimentos.
Si uno come algo muy picante, un vaso de leche es mucho más eficaz que el agua para aliviar el ardor.
La leche contiene triptófano, un aminoácido que interviene en la producción de serotonina y melatonina, hormonas relacionadas con el bienestar, la relajación y el sueño.
Por eso, un vaso de leche tibia puede ayudar a dormir mejor.
Mitos y realidades
Contrario a algunos mitos, el consumo de leche no engorda por sí sola, depende del balance calórico total de la dieta, y su calcio es crucial para la salud ósea y dental.
A diferencia de otras fuentes vegetales, el calcio de la leche tiene una alta biodisponibilidad, es decir, el cuerpo lo absorbe y utiliza con mayor eficiencia.
Según estudios, la mayoría de los humanos son intolerantes a la lactosa.
Aproximadamente el 65-70% de la población mundial pierde la capacidad de digerir lactosa en la adultez.
Sin embargo, en Europa y ciertas zonas de América hay una mayor prevalencia de tolerancia gracias a adaptaciones genéticas.
En cuanto a su comercialización, las botellas de vidrio fueron el método de distribución de leche más común hasta 1964, cuando se popularizaron los envases tipo brik, revolucionando su almacenamiento y transporte.
Por razones de seguridad alimentaria, la producción y comercialización de leche está sujeta a estrictos controles sanitarios y de calidad.