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La torre del reloj de la Catedral de San Lorenzo está ubicada en el centro de la iglesia de estilo neogótico, que de por sí es un atractivo. Se trata de un patrimonio histórico y cultural que data de principios del siglo XX, aunque su conclusión tardó cerca de 50 años. El reloj fue el primero en su tipo traído al Paraguay por don Carlos Antonio López, según datos.
Este reloj de péndulo con aguja y sonajería perteneció a la Catedral de Asunción donde las primeras campanadas se escucharon a las 12:00 del 23 de abril de 1851. En 1884 se trajo a San Lorenzo y no se sabe bien cuándo empezó a marcar las horas, pero se escucha hasta en un radio de dos kilómetros cuando el movimiento vehicular es menos intenso.
Por otro lado está la ciclovía municipal, y si bien existen restricciones para su uso debido a la pandemia del covid-19, se puede disfrutar de paseos al aire libre de 06:00 a 19:00. Cuenta con entrada y salida por la calle Coronel Romero.
Para ingresar se exige el lavado de manos, toma de temperatura, uso obligatorio de tapaboca y actividad física individual. El tiempo de permanencia por persona se limita a dos horas máximo.
Se permite el ingreso de una mascota (con bozal) y el uso de bicicleta. Pueden entrar niños desde los 10 años de edad, así como los adultos mayores o con discapacidad, que deben estar acompañados por una persona mayor de edad.
La réplica del histórico Tren Lechero en el Paseo Bicentenario, frente al teatro municipal, es un nuevo atractivo de la ciudad. Cuenta con una biblioteca virtual con diez computadoras concretada por la Secretaría de la Juventud.
Tiene una remozada exestación de la locomotora que se convirtió en el “Centro Cultural Estación del Tren Lechero” sobre la calle España esquina avenida Defensores del Chaco.