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El 17 de setiembre de 1980, minutos después de las diez de la mañana, el vehículo en que transitaba Anastasio Somoza fue interceptado por guerrilleros argentinos (1) sobre la avenida España, casi América. El ataque letal con pistolas ametralladoras, un fusil ametralladora y una certera bazuca terminó con la vida del ex presidente de Nicaragua, su chofer, César Gallardo, y su asesor, Joe Bittinger. Dos horas más tarde, llegaban a Asunción el saxofonista norteamericano Stan Getz y su banda, quienes darían un concierto esa noche en el Teatro Municipal.
Somoza, militar con formación en West Point, gobernó Nicaragua en los periodos 1967-72 y 1974-79, hasta su renuncia del 16 de julio de 1979 (2) propiciada por el avance de la revolución sandinista y una resolución de la ONU, impulsada por Estados Unidos, en que se condenaba al régimen pidiendo su relevo. Viajó entonces a Miami, Bahamas y Guatemala sin poder obtener asilo político, hasta que el gobierno de Alfredo Stroessner lo recibió el 19 de agosto en calidad de turista con posibilidad de radicación en Paraguay.
Tras el sorpresivo atentado en Asunción, los organismos de seguridad desplegaron la llamada «operación rastrillo», en que cerraron las fronteras y se dispuso la búsqueda exhaustiva de los responsables del hecho. El periodista Mella La Torre, del diario La Tribuna, quien había estado casi dos años en Nicaragua como corresponsal, realizaba una investigación sobre los detenidos, y de una de las entrevistas con Alberto Cantero, director de Política y Afines de la Policía de la Capital, resalta estar de acuerdo con él, al decir que: «la guerra civil y el derrocamiento de Anastasio Somoza Debayle habían sido alentados por Estados Unidos, haciendo que los “nicaragüeños” caigan en manos de los sandinistas» (3). El propio Mella fue luego secuestrado por la Policía en 1980, sufrió torturas por supuesta implicancia en el atentado y es considerado el último preso político del gobierno de Stroessner, siendo liberado el 17 de febrero de 1989.
Se dice que el asesinato de Somoza estremeció los cimientos del gobierno de Stroessner, que agrietó el muro de contención antiterrorista y que fue una clara muestra de su vulnerabilidad. Las consecuencias se vertieron sobre la ciudadanía y hoy, cuarenta años después, se conoce a los responsables principalmente gracias a las declaraciones de Enrique Gorriarán y no mediante las investigaciones policiales y judiciales, en que varios inocentes fueron gravemente afectados.
Embajadores del jazz
En el marco del antagonismo ideológico impuesto por la Guerra Fría, el congresista Adam Clayton Powell Jr. (4) sugirió en 1956 al Departamento de Estado norteamericano utilizar una herramienta cultural para contrarrestar la propaganda soviética contra Estados Unidos. Si bien el principal frente anticomunista se encontraba en países de Europa del Este y Asia, Sudamérica no fue descuidada, y con el programa jazzístico se facilitó la venida a Paraguay de destacados músicos, como Gerry Mulligan, Dexter Gordon, Phil Woods, Pharoah Sanders y Barney Kessell, entre otros.
La venida y el concierto de Stan Getz fueron organizados por el Centro Cultural Paraguayo Americano y la USIA, dependencia conocida como la Agencia de Comunicación Internacional de la Embajada de Estados Unidos, que estuvo a cargo de Donna Oglesby, quien recuerda que: «la embajada podía demostrar públicamente nuestro apoyo por los derechos humanos respaldando la libertad de expresión en la prensa y trabajando con las comunidades artísticas y culturales (…) trabajé muy duro para llevar el jazz a Paraguay. Creo que el jazz es una expresión de libertad porque la improvisación es la clave. (…) Durante los tres años que estuve en Paraguay, trabajé con empresarios en Argentina y con la USIA en Washington para traer muchos artistas de jazz. (…) Intentábamos atraer a los paraguayos a través de la música, pero principalmente tratábamos de decir algo sobre la libertad».
Mario Ferreiro, quien asistió al concierto de Getz después de horas de detención en la Comisaría 10°, comenta que el teatro estuvo lleno y que el evento no fue cancelado porque estaba organizado por la embajada norteamericana. Por otro lado, Rudi Elías cuenta: «a la mañana fue el “somozaso” y a la noche tocó Stan Getz en el Teatro Municipal. Muchos de los perros que fueron a escuchar esa noche quedaron presos, porque había redadas, control policial; a la gente que no tenía documentos se le detenía» (5).
Cabe recordar que los integrantes de la banda que acompañó a Getz fueron Mitch Forman (piano), Mike Hyman (batería), Todd Coolman (contrabajo) y Chuck Loeb (guitarra).
El jazz, aunque institución norteamericana, trasciende por su carácter universal a partir de su versatilidad y combinación con ritmos regionales. Se reconoce a Getz como artífice en ese sentido, pues es protagonista de fusiones musicales. Las ondulaciones espontáneas de la evolución del jazz, la cultura popular y política exterior norteamericana sin duda son elementos inexcusables para caracterizar al siglo XX.
Notas
(1) Facción del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) liderada por Enrique Gorriarán Merlo.
(2) Sobre las acciones de México y la situación reciente en Nicaragua, ver https://elpais.com/internacional/2019/01/14/mexico/1547426444_451837.html
(3) Rafael Alejandro Mella La Torre: Somoza y yo. Crónica de un calvario en Paraguay, Asunción, Arandurã, 2012, p. 51.
(4) Fue el primer descendiente afroamericano electo al Congreso por el Estado de Nueva York en 1945 y el cuarto en la historia de Estados Unidos.
(5) José Villamayor y Riccardo Castellani: Jazz en Paraguay. Entrevista a los maestros del jazz paraguayo, Asunción, Fondec, 2012, p. 51.