Cargando...
Conocida es la declaración de Jorge Luis Borges en la que se reconoce filosóficamente como anarquista. Con respecto a esto, en un texto de 1981, titulado Anarquistas y escrito poco antes de su fallecimiento, Isaac Kostianovsky afirmó: «Solamente a hombres de esa talla intelectual, les está permitido regresar a los ideales de casi toda la juventud de las primeras décadas de este siglo, que muy pocos alentamos toda la vida» (1).
Cuando se recuerda a Kostianovsky, muy pocas veces se menciona su identificación con el anarquismo, especialmente en su juventud. De aquel ideal que, en sus palabras, «muy pocos alentamos toda la vida», quedaron vestigios en su propio testimonio y en otros documentos. Apenas nacido, en 1911, sus padres emigraron desde Ucrania hacia Entre Ríos, Argentina, para trasladarse luego a Villarrica, Paraguay, y finalmente a Asunción, donde realizó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de la Capital. A partir de los quince años, comenzó a vincularse con núcleos anarquistas, pero nunca orgánicamente. Por ejemplo, a fines de los años veinte frecuentaba la librería La Estudiantina, del dirigente anarquista Juan Deilla (2), y llegó a relacionarse con Oscar Creydt y Obdulio Barthe en el Consejo de Obreros y Estudiantes de Asunción, antes del vuelco de estos hacia el comunismo.
No es la idea de este breve texto realizar (una vez más) un relato biográfico de la vida de Kostianovsky. Para eso ya hay libros e internet. A mí me interesó particularmente establecer si aquel ideal ácrata abrazado en su adolescencia –aunque el protagonista haya dicho que lo hizo durante toda su vida– tuvo que ver con herencias familiares, de su terruño original, o si fue una novedad descubierta en el Paraguay. Y con esta inquietud llegué a la historia de un equívoco y a un dato revelador.
Con dos exilios a cuestas –en 1937 tuvo que abandonar el país durante la presidencia militar liberal de Félix Paiva, que clausuró su revista Creolina; y en 1947 durante la guerra civil de aquel año–, a mediados de los años cincuenta volvió al Paraguay y fundó la revista Ñande (1959-1985), que fue una de las más exitosas de la época, de interés general; por lo que, para principios de los sesenta, ya poseía una trayectoria reconocida en los medios de prensa paraguayos. Esto motivó a Carlos R. Centurión (3) a incluir una breve biografía suya en el segundo volumen de Historia de la cultura paraguaya –publicado en 1961–, en donde afirmó que nació en «Gallípoli» (4). Como es tradición en un sector importante del campo cultural paraguayo, todo lo publicado se copia y se repite, sin preocuparse por si la información es correcta o no. Así, se repitió «Gallípoli» como ciudad de nacimiento de Kostianovsky en dos de las enciclopedias biográficas más conocidas del Paraguay (5).
Como es sabido, y más por la película de 1981, Galípoli es una ciudad turca, famosa porque allí se libró una batalla fundamental de la Primera Guerra Mundial en 1915. Algo no cuadraba. Se mencionaba su origen ucraniano, pero se afirmaba que había nacido en «Gallípoli». Hasta aquí, el equívoco. Ahora, el dato revelador. Revisando diversas fuentes en las que podía llegar a encontrar alguna pista de lo que estaba buscando, me encontré con el Decreto No. 4.382 del 29 de agosto de 1936, firmado por el presidente Rafael Franco, en donde se le otorgó la carta de ciudadanía paraguaya al señor Isaac Kostianovsky «natural de Gupiaipole (sic) Ucrania, Rusia» (6).
No solo separan a Guliai-Polé y a Galípoli 1700 kilómetros de distancia, sino también hechos por los que son conocidas, antagónicos entre sí. La última, ya lo dijimos, fue escenario de una carnicería humana impulsada por el militarismo de aquella época. La aldea de Guliai-Polé, en cambio, fue escenario de una de las pocas experiencias sociales en las que el ideal anarquista se llevó a la práctica a gran escala, movimiento conocido como la «Majnovschina», que entre 1918 y 1921 fue liderado por Néstor Majnó y su legendario «Ejército Negro», quienes batallaron simultáneamente contra las fuerzas contrarrevolucionarias zaristas («Ejército Blanco») y las bolcheviques del Ejército Rojo.
Lea más: Historias perdidas del anarquismo paraguayo (V). El caso de Emilio Goltz y el paradigma indiciario
Lo que sabemos es que el recién nacido Isaac (Guliai-Polé, 2 de noviembre de 1911) nunca se cruzó en el camino de Néstor Majnó (Guliai-Polé, 27 de octubre de 1889), ya que este, antes de liderar el movimiento anarquista de aquella región, estuvo en prisión entre 1908 y 1917. Solo siete años después del nacimiento allí de Isaac K. se desató la Majnovschina. Y aquí es donde se terminan las certezas y puedo comenzar con un registro que a los historiadores nos está prohibido: los «y si…». De no haber emigrado en 1912/13, José Kostianovsky (1888), padre de Isaac, ¿se hubiera convertido en un Fedir Shchus, en un Simon Karetnik, o en uno de los cientos de guerrilleros anónimos del Ejército Negro? ¿Habrá participado de aquella revolución social algún Kostianovsky, tío, hermano, etc.?
Retomando el hilo, ¿fue casual que Kostianovsky cultivara en su juventud las ideas anarquistas siendo oriundo de Guliai-Polé? ¿O se trató de una causalidad? ¿Viajan las ideas?
Ninguna trayectoria o itinerario ideológico o profesional se encuentra exento de contradicciones. Algunos pensarán que aquella asociación comercial con uno de los militares del régimen estronista en 1973 para fundar el periódico Última Hora puede invalidar o cuestionar esa identidad ácrata asumida por Kostianovsky. Yo prefiero pensar de otro modo y creer que en ese momento del enfrentamiento que tuvo con el ministro del Interior de la dictadura en septiembre de 1976 (7) afloraron aquellos aires de la aldea rebelde de Guliai-Polé que, siendo todavía bebé, Kostianovsky respiró y conservó en su interior.
Notas
(1) Comentarios ligeros y desprolijos, Asunción, Editorial Histórica, 1985 (póstumo), p. 22.
(2) Ibid., p. 107.
(3) Miembro del Instituto Paraguayo de Investigaciones Históricas –actual Academia Paraguaya de la Historia– que en 1928 actuó como fiscal acusador del obrero panadero Núñez, autor de la muerte de Julio Turlán (ver II entrega de esta serie).
(4) Carlos R. Centurión, Historia de la cultura paraguaya, Asunción, Ortiz Guerrero, 1961, p. 481.
(5) Forjadores del Paraguay (2005) y Enciclopedia Biográfica Paraguaya del Bicentenario (2009), de Luis Verón.
(6) República del Paraguay, Registro Oficial correspondiente al año 1936, tercer trimestre (1 de julio al 30 de septiembre), Asunción, Imprenta Nacional, 1936, p. 1228.
(7) En septiembre de 1976, ya alejado de Última Hora, fue detenido por un mes y tuvo que abandonar el país. Su caso fue incluido en el informe anual de 1978 de la OEA sobre violación de los derechos humanos en el Paraguay.
*Mariano Damián Montero es profesor de historia por la Universidad de Buenos Aires (UBA), investigador y autor de artículos sobre historia reciente del Paraguay publicados en diversos países, así como de los libros Agapito Valiente. Stroessner kyhyjeha (Editorial Arandurã, 2019) y Obras completas de Lincoln Silva (Editorial Arandurã, 2021).